En Verona, en la imaginaria disputa entre las casas de Romeo y Julieta, gana por goleada la de la joven, aunque no le arriendo la ganancia porque su supuesta casa se ha convertido en una representación del kitsch. Lo peor no es la entrada de la mansión, llena de pintadas e inscripciones del tipo `Flavio estuvo aquí´, hay tantas ya que ahora pegan un chicle, lo extienden y escriben allí, aunque no sé cómo; ni la verja del fondo plagada de candados Mocchia; ni tampoco las fotos que se hace la gente junto a la estatua de bronce de Julieta, tocándole un pecho, dicho sea finamente; ni el Club Julieta, un ejemplo de la más insuperable cursilería; lo único que realmente me molestó fue que ni en la librería de la casa, ni en la que hay enfrente, con el nombre de Shakesperare, hubiera un solo libro del escritor inglés, incluido Romeo y Julieta.
El caso es que la vivienda de los Capuleto, la familia de Julieta, estaba llena a rebosar; mientras que en la de los Montesco, de la que solo puede verse la fachada, no había más de cinco o seis personas. De todas formas, tuve la impresión de que el pobre Romeo estaba más tranquilo en la tumba y, desde luego, mucho mejor acompañado. Por cierto, la tumba de Julieta también puede visitarse, en el convento de los capuchinos, pero hasta allí no nos atrevimos a llegar.
.....
.......
* En las fotos, de Gemma Pellicer, aparece la casa de Romeo; el balcón de Julieta; una pareja que acosa la estatua en bronce de la enamorada, que debe maldecir en su tumba a semejantes horteras...; mientras que en la última foto puede verse la pared en la que un joven caballero, curtido en infinitas horas de gimnasio, inmortaliza su amor por Stefania, a la vez que posa en bañador ante la cámara con sonrisa de satisfacción.
....
.....
.......
* En las fotos, de Gemma Pellicer, aparece la casa de Romeo; el balcón de Julieta; una pareja que acosa la estatua en bronce de la enamorada, que debe maldecir en su tumba a semejantes horteras...; mientras que en la última foto puede verse la pared en la que un joven caballero, curtido en infinitas horas de gimnasio, inmortaliza su amor por Stefania, a la vez que posa en bañador ante la cámara con sonrisa de satisfacción.
....
4 comentarios:
Y dentro de poco, en il Salone del Libro de Torino, ¿no?
Pues, no Gonzalo, hasta Turín no vamos a llegar. Saludos.
qué pena, pues. Saludos.
Hola Fernando. Como sucede muchas veces, el público en general se suma a temas, cosas, personajes, de los que apenas conoce el sentido o el significado. Intuye que ahí hay algo importante y que tiene que unirse a ello de alguna manera, aunque sea una fotografía.
Saludos.
Publicar un comentario