PENELOPEANA
A David Chávez, por Un mito con agallas
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Ese Ulises,
¿creía el inocente que cada vez que se embarcaba me iba a quedar así, sola y
sin atrevimientos, sin nadie que pastara entre mis humedales? Si lo vi, cuántas
veces, retozando con las nínfulas en las alcobas de palacio. ¿Habrá pensado que
me quedaba en la baranda solicitando el ocaso mientras tejía? Naturalmente, a
mí también me acompañaba en la mañana un mancebo de barba florida, quien
durante las tardes ramoneaba el tiempo entre el vértice de mis muslos y por las
noches sin luna fisgoneando por mis oquedades. Ay, Ulises, yo también
penelopeaba mientras plañía tu ausencia.
...... TIEMPO DE ODISEO
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Cuando la reina se aposente en la baranda, me subes a la alcoba a aquella ninfa pelirroja y, cuando te silbe, atrancas la puerta, donde fingiré dormir profundo, en desnudo absoluto. Si grita o se espanta, la pastoreas hasta mi lecho, entonces la tomaré por la espalda. Dicen los pajes de la corte que practica una suerte de quiromancia. Antes de partir en mi bergante, quiero que lea en el mástil mi futuro. La falomancia es un arte antiguo. Quiero saber qué hay de incierto en mi destino.
.......Cuando la reina se aposente en la baranda, me subes a la alcoba a aquella ninfa pelirroja y, cuando te silbe, atrancas la puerta, donde fingiré dormir profundo, en desnudo absoluto. Si grita o se espanta, la pastoreas hasta mi lecho, entonces la tomaré por la espalda. Dicen los pajes de la corte que practica una suerte de quiromancia. Antes de partir en mi bergante, quiero que lea en el mástil mi futuro. La falomancia es un arte antiguo. Quiero saber qué hay de incierto en mi destino.
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OFICIO DE FALOMÁNTICA
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No son las líneas de tu mano, amor, pero puedo anticiparte por la tensión de las venas en tu falo, el torrente de sangre que lo recorre, la pigmentación blanca y pilosa de la piel que lo arropa y la ligera curvatura derecha de tu miembro, que todos sabrán de tu muerte, aunque nunca encontrarán al malnacido agazapado que soltará la tensa cuerda del arco desde donde salió disparada la saeta que destrozó tu cráneo, esparció tu sangre sobre la capa negra y apagó la promesa de tu vida.
.........No son las líneas de tu mano, amor, pero puedo anticiparte por la tensión de las venas en tu falo, el torrente de sangre que lo recorre, la pigmentación blanca y pilosa de la piel que lo arropa y la ligera curvatura derecha de tu miembro, que todos sabrán de tu muerte, aunque nunca encontrarán al malnacido agazapado que soltará la tensa cuerda del arco desde donde salió disparada la saeta que destrozó tu cráneo, esparció tu sangre sobre la capa negra y apagó la promesa de tu vida.
* Javier Perucho es doctor en Letras por la unam , editor, ensayista e
historiador literario de géneros breves, a través de los cuales se ocupa de la causa chicana y de escritores
extravagantes. Sobre esta clase de géneros escribió Dinosaurios de papel. El cuento brevísimo en México (unam, 2009), Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano
(Fósforo, 2008), así como El cuento
jíbaro. Antología del microrrelato mexicano (Ficticia, 2006). En
“Escrituras privadas, lecturas públicas. El aforismo en México. Historia y
antología” dará noticia del aforismo, otro género breve. De los chicanos y la
diáspora mexicana han aparecido Los hijos
del desastre (Verdehalago, 2000), Hijos
de la patria perdida. Pachucos, chicanos e inmigrantes en la narrativa mexicana del siglo xx (2001), con el que obtuvo el Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas,
y Estéticas de los confines
(Verdehalago, 2003). La apología de los escritores malditos la inició con “El
bautizo de la noche: Pedro F. Miret” (inédito). Tiene en prensa “Ocaso de
utopías. Ensayos” (Universidad Veracruzana, 2012) y “Esplendor de sirenas”
(Cuadernos Negros, 2012). Estos microrrelatos inéditos forman parte de Anatomía de una
ilusión, libro en preparación.
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* La foto es de Omar Meneses, 2011.
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