Los que somos fanáticos de las entrevistas con escritores, tenemos en un pedestal al periodista de radio y televisión Joaquín Soler Serrano (Murcia, 1919-Barcelona, 2010), quien acaba de fallecer a los 91 años. En los últimos tiempos padeció esa terrible enfermedad que es el Alzheimer. Pero lo que recordaremos siempre es que en su programa A fondo (1976-1981) consiguió entrevistar a casi todos los grandes escritores y artistas de la época, como Jorge Luis Borges, Salvador Dalí, Alejo Carpentier, Rafael Alberti, Josep Pla, Mercè Rodoreda, Salvador Espriu, Camilo José Cela, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa, Juan Carlos Onetti, Elia Kazan, Julio Cortázar, Dámaso Alonso, Carmen Martín Gaite, Manuel Puig, Atahualpa Yupanqui e incluso el mudo Juan Rulfo. La lista podría hacerse interminable... Bastantes de ellas se recogieron en libros como Escritores a fondo (1986) y Personajes a fondo (1987), ambos editados por Planeta. ¿Su secreto? Tiempo para conversar, paciencia para oír y conciencia de que el protagonista es el entrevistado. Sentado frente a frente, rodeados de los libros del autor, con un guión a veces a la vista, pero que no solía consultar, cabeceaba, movía las manos y adelantaba el cuerpo, sentando en el filo del sillón, preguntando lo pertinente, sin prisas, dejando transcurrir el silencio, si era necesario, logrando crear casi toda la intimidad que permite la televisión.
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Gran parte de su trayectoria profesional se desarrolló en Barcelona, en Radio Nacional, Radio España de Barcelona y luego en Radio Barcelona. En esta última emisora protagonizó un extraordinario maratón radiofónico en 1962, cuando unas riadas devastadoras inundaron la comarca del Vallès causando decenas de muertes, al coordinar la recogida de ayudas para las víctimas y sus familiares a través de las ondas. Hizo innumerables programas, casi siempre de éxito, pero cuando ya no era un periodista de moda, a comienzos de los noventa, lo recuerdo en los festejos del premio Planeta, deambulando entre las mesas, durante las comidas, sin que nadie le prestara demasiada atención, entre gentes que no teníamos ni la mitad de los méritos que él ya había atesorado, tratándolo con la condescendencia que en este país tan a menudo se trata a la gente que trabaja y tiene más en su haber que uno, aunque eso a casi nadie le importe ya. A los jóvenes, nos parecía entonces que era demasiado formal, retórico, y su hablar, engolado. No era un nombre, en suma, que nos mereciera respeto. Y, sin embargo, sus entrevistas siguen vivas, mientras que otros trabajos literarios que nos parecían entonces tan modernos, han quedado sepultados en el olvido para siempre.
Gran parte de su trayectoria profesional se desarrolló en Barcelona, en Radio Nacional, Radio España de Barcelona y luego en Radio Barcelona. En esta última emisora protagonizó un extraordinario maratón radiofónico en 1962, cuando unas riadas devastadoras inundaron la comarca del Vallès causando decenas de muertes, al coordinar la recogida de ayudas para las víctimas y sus familiares a través de las ondas. Hizo innumerables programas, casi siempre de éxito, pero cuando ya no era un periodista de moda, a comienzos de los noventa, lo recuerdo en los festejos del premio Planeta, deambulando entre las mesas, durante las comidas, sin que nadie le prestara demasiada atención, entre gentes que no teníamos ni la mitad de los méritos que él ya había atesorado, tratándolo con la condescendencia que en este país tan a menudo se trata a la gente que trabaja y tiene más en su haber que uno, aunque eso a casi nadie le importe ya. A los jóvenes, nos parecía entonces que era demasiado formal, retórico, y su hablar, engolado. No era un nombre, en suma, que nos mereciera respeto. Y, sin embargo, sus entrevistas siguen vivas, mientras que otros trabajos literarios que nos parecían entonces tan modernos, han quedado sepultados en el olvido para siempre.
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......Por fortuna, muchas de aquellas entrevistas fueron rescatadas y hoy pueden adquirirse en las librerías. Se siguen viendo con el mismo interés y placer que sentimos el día de su emisión.
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* En la segunda foto, Soler Serrano aparece con Alejo Carpentier.
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12 comentarios:
Lástima que no existan programas así en la televisión actual, Fernando, sin prisas, dándole cancha al escritor para que se recree en las respuestas. Una pena la pérdida de Soler Serrano. Me quedo con la entrevista que le hizo a Cortázar.
Un abrazo.
Fernando,gran recuerdo, he escuchado casi todas sus entrevistas. Una gran capacidad para escuchar sin la impaciencia de la impertinencia..
Abrazo taciturno.
Sergio Astorga
Destacaría, entre otras virtudes, la capacidad de hacer sentir a gusto al entrevistado. A partir de aquí, la entrevista se convertía casi en un monólogo o una conversación del personaje consigo mismo. Recuerdo, especialmente, a un Cortazar tirado en la silla, fumando como una chimenea y de digresión en digresión. Mientras, Soler Serrano lo observaba en silencio, esgrimiendo una media sonrisa. Lamento su pérdida y también la actitud de muchos de los altos cargos del mundillo televisivo que hoy glosarán su figura, pero que no tienen los suficientes bemoles - con perdón Fernando - de apostar por espacios así.
Un saludo.
En aquella cabeza de niña-adolescente que asistía al hechizo de aquellas entrevistas de las que nada o poco entendía, un buen día cayó una palabra de fuego de labios de Dalí. de fuego, porque me quemó. El ácido desoxirribonucleico. Que según Dalí, de existir el alma, allí se encontraría.
Sí, tuvieron la virtud de abrir los ojos hasta a una cría como yo.
Comparto tu nota y la tristeza de que el mundo cambia, pero a peor.
Precioso homenaje, Fernando. Cuántas veces, alcanzada ya la mitad de la vida, como decía el otro, me he arrepentido yo también de esos juicios precipitados que la ignorancia de la juventud perpetra.
Estaba a punto de escribir un post sobre Soler Serrano, pero al ver el tuyo he desistido. Coincido plenamente contigo tanto en el homenaje como en el reconocimiento de sus méritos. Todas sus entrevistas eran buenas, pero las que le hizo a Julio Cortázar y a Salvador Espriú fueron geniales. Un abrazo condolido.
¡Quién no ha visto sus entrevistas! En México las vendían en videocassetes a un precio realmente accesible. Mi preferida: la de Onetti. Pensar que ahora no hay nada igual.
Un saludo
Estupendo homenaje, Fernando, a Joaquín Soler. Me quedo con las entrevistas a Cortázar, Borges y Onetti. Espléndidas, todas. Mis alumnos se quedaban hipnotizados con la entrevista que hizo a Cortázar.
Juan Gracia Armendáriz
Gran entrevistador, sí, el que acaba de desaparecer. Entre muchas otras, recuerdo las de Borges y la de Alberti recordando los primeros pasos con Lorca en la Residencia de Estudiantes...
Un afectuoso saludo
JJP
Yo gocé sus entrevistas a posteriori, mostrándoles algunas de ellas a mis alumnos de la Universidad Humboldt. Los estudiantes consiguieron captar la chispa del surrealismo "a lo Dalí" escuchando las disgresiones del artista o el relato de sus juegos en la Quinta Avenida neoyorkina en la entrevista de Soler Serrano. O, por lo menos, quiero creer que fue así.
Estimados amigos,
Quisiera preguntarles si tienen conocimiento de dos entrevistas de Soler Serrano que me ha sido imposible encontrar. Se trata de las realizadas a Manuel Padorno y a Mario Vargas Llosa, ¿podrían decirme algo al respecto?.
Les quedo muy agradecido, en cualquier caso pueden escribirme al correo: mgmesp@hotmail.com
Manuel.
Excelente entrevistador. Dejamos aquí una página dedicada a él y sus entrevistas Entrevistas a Fondo - Soler Serrano
¡Un saludo!
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