"El duende"
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Algún día se enterarían de quién era el que movía el espejito, el cepillo de plata y la polvera dorada, pero aún tenían que pasar algunos años. Y, mientras, mi abuela seguiría lamentando que los duendes, o los ratones, descolocasen cada noche su tocador. Mi madre seguiría atosigando a mi padre para que ingresara en una residencia a su señora madre, que daba ya demasiadas muestras de senilidad. Y yo, el hombrecito de la casa, seguiría esperando cada noche a que todos estuviesen dormidos para entrar en la alcoba de la abuela, y jugar a ser la mujer que había dentro de mí.
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"Irina"
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No sé si os pasa, pero yo nunca logro evitar que los restos de ceniza manchen la madera del mueble del comedor. Dejo que se acumulen y luego soplo para que queden esparcidos. Y cuando viene Irina, los miércoles, saca el paño y borra de una pasada la palabra que he dibujado con el dedo. Aunque al principio me divertía poniendo refinados insultos, incomprensibles para una ucraniana recién llegada, luego empecé a declararme en varios idiomas, menos el suyo. Hoy sin embargo se ha marchado antes de tiempo, y sin despedirse. Justo hoy que le había dibujado un corazón.
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* Nací en Madrid y aquí sigo, dedicándome en horario laboral a las enfermedades mentales. De adolescente tocaba en un grupo de la movida, los Monaguillosh, con hache al final. Estudié psicología, colaboré en la prensa italiana y española, y en el año 2000 inauguré en internet Cartas Sin Sellos. También aprendí a escribir guiones, y cuando puedo convierto en cine mis relatos. Hace unos años, LPO me publicó un relato en su revista Massaconfusa, "Un beso al aire", de donde saqué el guión de mi segundo corto, Los Aviones No Saludan. El día a día, sin embargo, deja poco tiempo para escribir, por eso lo hago brevemente. Suerte que tengo que se me dan bien las sinopsis, si no, ¿cómo podría estar contando mi vida en dos patadas?
Ambos microrrelatos han sido seleccionados en el concurso Relatos en Cadena, de la Ser.
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* La caricatura es de LPO.
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18 comentarios:
Buenos micros, sin duda. La frase final del primero fue, para mí, muy sugerente, creo que nos hizo trabajar a todos.
Y con la de la ceniza salieron buenos micros, también. Eran otros tiempos...
Me ha parecido muy interesante lo de hacer cortos con micros. Me lo apunto, no sé para qué, pero me lo apunto.
Un saludo.
P.
Buenísimos los dos. Enhorabuena a la autora.
Me encantan, el de Irina me recuerda a algo que he visto, aún no sé a qué...
Saludos
Ana
"Justo hoy que le había dibujado un corazón". Nunca hacemos caso a los clásicos...Carpe Diem.
(Latosa)
Un placer estar en esta Nave, gracias por los comentarios.
Saludos afectuosos
Beatriz
Los cuentos de Beatriz son estupendos. Me he alegrado muchísimo de encontrarlos aquí. Enhorabuena otra vez a la autora.
Microrrelatos, Bel, microrrelatos, que no es lo mismo. Los cuentos son menos precisos e intensos, por tanto, más largos.
Si para pintar conviene saber dibujar, es evidente que para explicar una historia en imágenes hay que partir de un buen guión. Los personajes de “El duende” se definen con un simple trazo, como los gestos de “Irina”. Presumo que Beatriz podrá filmar esas historias cuando le apetezca, sin mayores problemas. Esos textos me recuerdan los buenos castillos de naipes, tan frágiles en apariencia y en el fondo tan resistentes.
'El duende' es un auténtico juego de prestidigitación que además, resulta emotivo y nada hueco. Qué importante es la originalidad y la voz propia.
Fernando, como la mayoría de los que comentamos aquí, conozco la diferencia, pero aunque sean micro, no dejan de ser relatos...
Ya tenía ganas de leerte en La Nave
Beatriz.
Recuerdo estos microrrelatos y si lo hago es porque me parecieron buenos. Enhorabuena.
Rosana A.
Dos microrrelatos estupendos. Coíncido con Isabel: ambos tienen voz propia. Me gustó especialmente "Irina". Sencillo, intimista y muy visual.
Un saludo
¡Y no se pierdan sus cortometrajes!
Duendes en el armario, mensajes de amor que vuelan en mariposas de papel o descansan en el fondo de una botella de polvo. Historias que reflejan el sentir de esos ojos verdes que tan fielmente ha sabido reflejar el caricaturista.
Ambos caramelos te dejan un sabor intenso: "El duende" resulta memorable por su acidez, con ese giro final que pone la atención en el drama oculto del narrador; mientras que "Irina" deja un regusto amargo difícil de olvidar, como sucede siempre con los desengaños.
Enhorabuena a la autora. Me gustó mucho también la caricatura de LPO.
Estupendos micros Beatriz. Como dice Rosana, yo también recordaba los dos y eso sólo puede significar una cosa.
Un abrazo, gracias Fernando.
Me guardo vuestros comentarios en la chistera, para sacarlos cuando me falte la magia.
Creo que ahora os sigo a todos, menos a Gemma, Araceli y Pedro, cuyo "botón" para hacerlo no he podido encontrar. Please help.
Tal vez he leído pocos microrrelatos, Fernando, pero hasta ahora he tenido la impresión de que, comparados con la poesía o el relato, eran más light, más ligeros, menos hondos, llenos de gracia en los mejores casos, pero sin ahondar ni intensificar, un poco con el ingenio de las greguerías, ma non troppo. ¡Veo que tú les atribuyes mayor intensidad! Probaré a leerlos desde esa perspectiva...
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