viernes, 5 de junio de 2009

Boquitas pintadas, 30

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"Decía Lewis Carroll: `Quisiera saber de qué color es la luz de una vela cuando está apagada´. Pues eso mismo es la esperanza: la luz de una vela cuando está apagada".
JOHN BERGER
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"Toda identidad es social y nada más: tu identidad es social o no es. Sostengo lo que ya suguirió Lacan: `El yo extrae toda su sustancia del tú que se le otorga´".
CLÉMENT ROSSET
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"Cuando uno sobrepasa los 50, el espejo pierde el poder de decirte lo que eres. Y lo que empieza como una película de terror acaba convertido en una película snnuf".
MARTIN AMIS
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"Si un euro no es en realidad un euro, y el amor no es el amor, de qué nos vamos a fiar".
PETER SLOTERDIJK
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"Lo que es sagrado es tu paciente, no llega a ser tu amigo, se ha de levantar una frontera emocional". OLIVER SACKS

"Los talleres de escritura son una pérdida de tiempo absoluta, una mera forma de que las universidades les soplen a los estudiantes entre 40 y 45.000 dolares al año. No funcionan porque para empezar los asistentes son demasiado jóvenes, apenas cuentan con su infancia y adolescencia, pero todavía están demasiado cerca de ellas. No se le puede enseñar nada a aquel que carece de la experiencia de la vida".
PHILIP ROTH

* El cuadro es de Salvador Dalí.

11 comentarios:

Lara dijo...

Genial estas boquitas.

Me recuerdan que tengo encima de la mesita de noche el Boquitas pintadas original por empezar a leer.

Y la última frase de Roth es demasiado escalofriante para mi gusto.

Un abrazo

Pedro Herrero dijo...

En mi opinión, Philip Roth es demasiado rotundo en su afirmación. Creo que algunos talleres literarios están enfocados hacia el negocio, lo mismo que ocurre con algunas clínicas privadas, o con algunos establecimientos de comida rápida (por citar dos ejemplos), pero eso no desautoriza esa fórmula. Lo que no puede aspirar a otorgar un taller literario es el certificado de saber escribir con estilo propio. Pero la literatura es un arte que exige saber interpretar lo escrito, comentar los recursos que emplea el autor y proponer ejercicios para estimular la creatividad. Y esa labor puede desarrollarla un buen taller literario. El secreto, siempre en mi opinión, no depende de la juventud o inexperiencia del alumno, sino de la experiencia de la persona que imparte dicho taller.

Javier Quiñones Pozuelo dijo...

¡Qué tendrá el cumplir cincuenta! Veo que no soy el único que escribe aforismos al cumplir esa fecha. Me quedo, por la coincidencia, con la de Martin Amis y con la de Berger. La de Peter Sloterdijk me parece tremendamente irónica en su mezcla de "cosas" y también me gusta mucho.
Un abrazo, Javier.

Fernando Valls dijo...

Lara, escalofriante y quizá muy injusta. Nunca he estado en un taller literario, pero los que han participado en ellos, como profesores o alumnos, podrían dar su opinión.

Lara dijo...

Yo sí he estado y no como profesora ni como alumna. Hemos organizado un par de talleres donde todos aprendíamos lo mismo, porque compartir y ser críticos con nuestro trabajo es la mejor forma de aprender.

La juventud aprende, no hace otra cosa.

A veces es aburridísimo cumplir años y empezar a decir ciertas tonterías.

Antonio Tello dijo...

Vale, acepto el reto. Pienso que los talleres literarios no pueden enseñar a escribir, pero sí a formar a un futuro escritor. El problema es que la mayoría de los talleres literarios tiene una filosofía mecanicista del acto de escribir, porque consideran al alumno un cliente antes que un aprendiz de artista.

Julia dijo...

Nunca me ha gustado la palabra taller en relación con la literatura. Por tratarse de una forma de investigación, prefiero seminario.
Sería deseable que las clases no fuesen solo lecciones magistrales sino que el prof. se arriesgase a establecer además un diálogo con los alumnos y a comentar los textos entre todos.

Anónimo dijo...

Yo nunca he estado en un taller literario, pero he leîdo a Roth y me creo lo que dice porque todo lo que he leîdo de él, me ha enseñado diversas y variadas perspectivas vitales y nunca me ha dejado indiferente. Siempre me impactô mucho.
Un abrazo.

Javier Puche dijo...

Pues yo me quedo, Fernando, con la lúcida reflexión de Rosset. Si existe algo llamado identidad sólo puede ponerse en relación con el otro que nos completa y define. Somos los demás. Y quien se crea una isla en mitad del océano es a mi juicio un perfecto inconsciente. Gracias por compartir con nosotros estos fogonazos de sabiduría.

Makiavelo dijo...

Mi amigo Tamargo dice: A escribir se aprende escribiendo”.
No les quito valor a los talleres, pero en esta época todo se vende con el marchamo: "Aprenda a…"

Philip Roth tiene razón en cuanto a que la experiencia de la vida te lleva a producir historias muy determinadas.

Saludos.

Citopensis dijo...

Yo participé en varios talleres literarios.

Creo que aprendí bastante, eso de que pongan tus defectos bien claritos ayuda...

Por otro lado vivir (leer) es absolutamente necesario para que lo que escribes no sea tan sólo una historia.

Vivir, aprender y escribir.

Todo está bien si a uno no se le "pira la pinza".

Un saludo.