jueves, 24 de abril de 2008

ÁNGEL OLGOSO

.
"Tesoros"

Hoy, como otras veces, salvé las siete esclusas de seguridad, evité los guardianes y las alarmas y descendí hasta el tercer nivel del subsuelo con mi saco vacío a la espalda. Ahí estaba el tesoro de Troya (copas de oro, collares y diademas engarzadas, hachas-martillo, máscaras de plata y lapislázuli), la Quimera etrusca de Arezzo, la cabeza de alabastro traslúcido de la reina de Saba, el tesoro de Atila y el de Jabhur Jan, las dos puertas de Ubar engalanadas cuatro mil años antes con las más preciadas joyas y metales, ahí estaban reunidas, en largas y ordenadas hileras, todas las grandes maravillas de la antigüedad: fruslerías. Pasé de largo. Me adentré en la sala que reproducía, invertida, una cúpula gigantesca. A la luz de los hachones, mientras me punzaba una extraña mezcla de miedo y alegría, contemplé de nuevo el más espléndido de los tesoros, vedado al común de los mortales. Cualquiera podría matar o morir por esa visión gloriosa, por esa plétora, por esa infinita cornucopia oculta en el silencio de las profundidades. Amontonadas escrupulosamente como lingotes idénticos, me esperaban, llenas de promesas, incólumes, las Horas Perdidas. Abrí la boca del saco.
.
.

"La melancolía de los gigantes"
.
Sin compasión, hunde la hoja de su arma en el centro de mi cuerpo indefenso. No hubo provocación alguna por mi parte. Una ira ciega alienta cada tajo, cada incisión arbitraria y salvaje de la carne. Los míos dijeron que no opusiera resistencia, que ello involucraría a los demás en nuevos peligros. El, mientras tanto, profundiza la herida. Qué puedo hacer yo ante quien contraría de ese modo la ley natural sino sentir una vaga tristeza y esperar aquí, bajo el camino de estrellas, la bárbara amputación final, el momento en que me desplome sin más quejidos que los de mis frondosas ramas al golpear agonizando contra el suelo.
,

..

.

* Ángel Olgoso (Granada, 1961) es autor de los libros de relatos Los días subterráneos (Qüásyeditorial, 1991), La hélice entre los sargazos (Instituto de Estudios Almerienses, 1994), Nubes de piedra (A.P.A Monachil, 1999), Granada, año 2039 y otros relatos (Comares, 1999), Cuentos de otro mundo (Dauro, 1999), Los demonios del lugar (Almuzara, 2007) y Astrolabio (Cuadernos del Vigía, 2007). Entre los premios que ha obtenido, destaca el Caja España de Libros de Cuentos y el Clarín de relatos. Se han incluido sus narraciones en diversas antologías, como Pequeñas resistencias (Páginas de Espuma), Grandes minicuentos fantásticos (Alfaguara), Ciempiés. Los microrrelatos de Quimera (Montesinos), Mil y un cuentos de una línea (Thule) y Cuento vivo de Andalucía (Universidad de Guadalajara, México). Además, es el fundador y Rector del Institutum Pataphysicum Granatensis, cuyo Sátrapa Honorífico es Umberto Eco. .

7 comentarios:

Pepe Cervera dijo...

Descubrí a Olgoso con LOS DEMONIOS DEL LUGAR y desde entonces le he leído todo lo que he podido encontrar, que no es mucho, pero sí suficiente para considerarlo un escritor con un lenguaje propio y una obra seria e inteligente; uno de los tantos infravalorados cuyo hallazgo le debo a los blogs.

Anónimo dijo...

Ha faltado decir que el sr Olgoso es el ilustrisimo jefe del IPG (instituto patafísico de Granada), del que en breve seré miembro.

Por estas tierras, es un hombre muy conocido, si señor!

Anónimo dijo...

Para los amantes de los microcuentos, también recomiento a Ginés Cutillas, también conocido de ésta que escribo:

www.ginescutillas.com

Si es que en Granada estamos sembrados!!!

Fernando Valls dijo...

Cris, ¿te refieres al mismo Instituto Patafísico del que es miembro Umberto Eco? Jarry y Artaud estarán encantados...

Anónimo dijo...

Al mismo, al mismo.
No conozco a Jarry ni a Artaud.
Por cierto, que hay blog:
http://blogs.ideal.es/patafisica/posts

José Angel Muriel dijo...

Qué bueno es "Tesoros". Tan conciso, tan lleno de ideas.

albalpha dijo...

Estupendos relatos mas siendo una amante de la naturaleza "La melancolía de los gigantes" me desarma.
La patafísica la conocí por Umberto Eco, gran escritor.

Un abrazo
Alba