domingo, 27 de abril de 2008

La Patafísica en Granada



La Patafísica es una ciencia paródica, dedicada "al estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones", que tiene su origen en la obra de Alfred Jarry, autor de Ubú, rey. Así, en un mundo invertido, rabelesiano, en el que todo es anormalidad, las reglas se convierten en lo extraordinario. En 1948 se fundó en París el Colegio de Patafísica, como una parodia de las tradicionales academias, otorgándoles a sus miembros títulos tan rimbombantes como el de Sátrapa. Formaron parte de esta singular y heterodoxa aventura escritores y pintores tan significativos como Joan Miró, Boris Vian, Jacques Prevert, Eugène Ionesco, Jean Genet, Raymond Queneau, Fernando Arrabal y Umberto Eco. ¿Acaso la obra de Artaud, la de los miembros del OULIPO o la de nuestros postistas no fue pura patafísica? Después vendría las patafóras de los seguidores chilenos, como Pablo López.
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Pero lo que ahora nos interesa es contarles que el Institutum Pataphysicum Granatensis (I.P.G.) fue fundado y dirigido por el escritor Ángel Olgoso. "Si desde hace treinta años los relatos son mi vida íntima, desde hace unos cuantos la Patafísica ocupa casi por completo mi escasa vida social", confiesa. Este es un organismo dependiente e independiente del Collège de Pataphysique francés, sociedad de investigaciones sabias e inútiles que propaga la Patafísica, que cuenta además con su propio calendario (de trece meses, cuya era actual empezó el 8 de septiembre de 1873, día del nacimiento de Alfred Jarry), santoral laico, organigrama, innumerables cátedras, departamentos y subcomisiones, cargos y dignidades de críptico nombre y publicaciones internas de alto valor bibliográfico. En una de ellas, el número 25 de Viridis Candela, revista trimestral del Collège, el I.P.G. fue reconocido oficialmente por el Proveedor Editor General y Representante Hypostático de Su Magnificencia, Monsieur Thieri Foulc.

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Antonio F. Molina


Durante los diez años en que Olgoso fue el único miembro del I.P.G. no le importó que la Patafísica apenas suscitara el más mínimo interés en Granada, y por pudor no hizo un sólo movimiento para consolidar la plaza fuerte o extender la acción de esta “ciencia de lo particular”; hasta que, espoleado por Miguel Arnas, decidió dar un paso adelante y desocultarlo definitivamente. A tal efecto, su conferencia “Aproximación imposible a la Patafísica”, pronunciada el 25 de enero del 2007 en el Centro Cultural CajaGranada de San Antón, se reconoce como acto fundacional público del I.P.G. Se dice que aquella fue una velada inolvidable y brillante, adobada por los Sátrapas granadinos con declaraciones entrañables, entrega de diplomas, imposición de insignias, lectura de comunicados y fotografías pataphistóricas.

Los patafísicos granadinos. De pie, de izq. a dcha.: José Cruz, Miguel Mochón, Ángel Cabrera Fernández, Andrés Sopeña, Á. Olgoso, Miguel Aparicio, Gregorio Morales, Nicolás Palma, Miguel Arnas. Sentados: Miguel Ángel Moleón Viana y César Requesens.


Desde entonces, el Instituto granadino está viviendo un feliz período creativo: encuentros, conferencias, un blog propio a cargo de José Vicente Pascual, la convocatoria del Premio Internacional A. F. Molina al Espíritu Patafísico, la supervisión y presentación del volumen El siglo Ubú, y la continua elevación a rango de Sátrapa Trascendente de nuevos y numerosos miembros, nacionales e internacionales. A los que aparecen en la foto anterior habría que añadir los nombres de José Vicente Pascual, José María Merino (reciente Académico de la Lengua), Alberto Caffaratto, Ginés S. Cutillas, el insigne vanguardista A. F. Molina, Fernando de Villena, Ester F. Echeverría, Juan Hódar, Miguel Ángel Zapata, Valeria Tittarelli, Udi Abraham, Antonio Dafos, el escritor y semiólogo Umberto Eco, José Antonio López Nevot, Cristina Monteoliva y Julio César Vior. Desde esta patafísica nave de los locos me atrevo a proponer como candidato al próximo premio Antonio F. Molina, al espíritu patafísico, al escritor CARLOS EDMUNDO DE ORY.


Ángel Olgoso y Umberto Eco .

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El sr Olgoso aún no me ha entregado mi cargo como Patafísica, pero ya me trata como tal en nuestras conversaciones por mail...Pues si, últimamente hay muchos fichajes, dentro de nada tendremos que ampliar la ciudad para caber todos!!!

Anónimo dijo...

Dignísima Sátrapa Monteoliva, dos puntos. Que digo yo, como veterano miembro de la Alta Insititución, que a Olgoso no se le llama Sr. Olgoso, que parece título de jefe de negociado en el INEM. El rigor conceptual y decoro patafísico que debe presidir las relaciones entre miembros del IPG nos obliga a referirnos a sus Dignidades con el tratamiento adecuado. En el caso referido, Rector Magnífico Perezoso, Serenísimo Rector, Eminente Propagador Proveedor, etc.
Dicho sea todo esto con ánimo de ayudarte en la tarea de adecuar tu santiscario mundano a los superiores niveles intelectivos y, de consecuencia, cuidos protocolarios que caracterizan la impoluta trayectoria del IPG, donde tenemos el honor de recibirte con los brazos abiertos y las cabezas enristradas como ajos, colgando tras los umbrales de esta Casa.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Y no se entrega un cargo sino un diploma, por lo general en una churrería, que es lugar patafísico per se.
Más abrazos fraternos.