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(Tumba de Il tuffatore, Paestum)
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* Alejandro Duque Amusco (Sevilla, 1949) reside desde hace muchos años en Barcelona, donde trabaja como profesor de instituto de bachillerato. Entre 1984 y 1994 coordinó los añorados "Pliegos de poesía" de la revista El Ciervo. Con su libro Donde rompe la noche (Visor) obtuvo el Premio Loewe en 1994. Ha editado la poesía y la prosa completa de Vicente Aleixandre (Visor, 2001 y 2002). Acaba de aparecer Lírica solar. Antología personal (1983-2008), en la editorial Omicron, de Badalona (Barcelona). El poema inédito que publicamos formará parte de un libro en preparación, titulado A la ilusión final.
"Exvoto"
(Tumba de Il tuffatore, Paestum)
Una tumba, una lápida fúnebre
y en ella, como perro guardián cerca del amo,
el dibujo de un joven lanzándose
al vacío -finas
hebras del aire.
----------------------Espirales.
Columnas.
Un mar lo acoge.
¿Un mar o un cielo adormecido?
El joven cae con lentitud ingrave
igual que una promesa que no termina nunca
de cumplirse: nadador que levita
en una zambullida hacia la luz.
Ay, tuffatore, estás y siempre vuelves,
rebrotas con el Árbol Cenital de inmarchitables ramas
que regalan sus frutos prodigiosos
para salvar los dones de la tierra,
el nudo de las noches y los días,
la espiral del azar,
el amor y la música -dos formas
diferentes de llamar a lo mismo,
el latido del sol
entre el cielo y el mar, la caída y el éxtasis.
Con tu salto la muerte has traspasado.
Todo el espacio abre
ante tu vuelo inmóvil.
Profunda tumba azul.
..
y en ella, como perro guardián cerca del amo,
el dibujo de un joven lanzándose
al vacío -finas
hebras del aire.
----------------------Espirales.
Columnas.
Un mar lo acoge.
¿Un mar o un cielo adormecido?
El joven cae con lentitud ingrave
igual que una promesa que no termina nunca
de cumplirse: nadador que levita
en una zambullida hacia la luz.
Ay, tuffatore, estás y siempre vuelves,
rebrotas con el Árbol Cenital de inmarchitables ramas
que regalan sus frutos prodigiosos
para salvar los dones de la tierra,
el nudo de las noches y los días,
la espiral del azar,
el amor y la música -dos formas
diferentes de llamar a lo mismo,
el latido del sol
entre el cielo y el mar, la caída y el éxtasis.
Con tu salto la muerte has traspasado.
Todo el espacio abre
ante tu vuelo inmóvil.
Profunda tumba azul.
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* Alejandro Duque Amusco (Sevilla, 1949) reside desde hace muchos años en Barcelona, donde trabaja como profesor de instituto de bachillerato. Entre 1984 y 1994 coordinó los añorados "Pliegos de poesía" de la revista El Ciervo. Con su libro Donde rompe la noche (Visor) obtuvo el Premio Loewe en 1994. Ha editado la poesía y la prosa completa de Vicente Aleixandre (Visor, 2001 y 2002). Acaba de aparecer Lírica solar. Antología personal (1983-2008), en la editorial Omicron, de Badalona (Barcelona). El poema inédito que publicamos formará parte de un libro en preparación, titulado A la ilusión final.
9 comentarios:
Alejandro. Compañero de facultad. Me entero ahora que coordinador de los pliegos cervunos donde Santiago Montobbio me presentó y seleccionó en julio-agosto de 1989. Autor junto a Mª Jeús Velo de una espléndida versión del Cementerio marino que da sentido a un texto principal de mi inminente libro Papur. Amigo poeta. Un fuerte abrazo.
Precioso y elegante poema para una preciosa imagen. En esta tumba hallada en Pesto el salto simbolizaba el tránsito de la vida a la muerte. Sin embargo, el poema lo ha convertido en otro tránsito diferente: hacia la inmortalidad. Gracias, Fernando, por facilitarnos la lectura de estos versos de Alejandor Duque, por cuya poesía me interesaré a partir de ahora.
Gracias, Antonio, por aclararnos el significado de ese salto, ¿una variante del paso de la laguna Estigia?, que yo al menos desconocía.
El salto representa la entrada en el océano de la muerte. Yo recordaba haber leído un artículo sobre la influencia de esta imagen en José Ángel Valente. Lo he buscado para que puedas leerlo. Creo que también puede interesar a A. Duque (por si puedes hacerle llegar el dato). Está disponible en la red:
http://cvc.cervantes.es/obref/criticon/PDF/087-088-089/087-088-089_667.pdf
Otra cosa, esta poetización de las imágenes que tanto circula por la red (Orlando Romano, Antonio Cardiel...) es un homenaje a Horacio, en cuya poética decía aquello de "Vt pictura poesis": "Como la pintura, la poesía".
Antonio, muchas gracias por la referencia. El artículo de Julio Pérez-Ugena sobre Montale, Valente e Il Tuffatore es excelente. Estoy pensando en dar sus dos poemas en el blog.
Amigos Antonio y Fernando, con vuestro debate me hacéis "saltar al agua" y entrar en vuestra charla con mucho gusto. Conocía el trabajo de Valente y su poema, pero lo descubrí bastante tiempo después de escrito el mío. El de Montale es del todo memorable y sí me era conocido. Hay "otros tuffatores" en la poesía española, dos más, quizás. Que yo recuerde en este momento, uno, corto e intenso, del poeta Ricardo Defarges. Prometo la referencia en breve. Un abrazo a los dos.
Alejandro: aún en la lejanía no te olvido. Conservo tu poema como un tesoro, en el primitivo redil de mi poesía, que no llegó a su destino.
Me felicito por tu trayectoria, de la que comparí en su inicio.
Un fuerte abrazo.
Francisco Mas-Magro y Magro (Noël Éfese).("Gazal entre los álamos perdidos")
Hola Alejandro,
Hace mucho que no sé de ti... La verdad que he conseguido la dirección de este blog a través de google... Perdí tu e-mail y no he podido contactar contigo...Espero que te vaya muy bien... Saludos
Isabel Pozo (ipozomontero@gmail.com)
Es mi profesor. :)
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