viernes, 7 de marzo de 2014

Juan José Plans

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El escritor asturiano Juan José Plans (Gijón, 1943) ha muerto con 70 años. Los que ya tengan una cierta edad y sean amantes de lo fantástico recordarán su programa Ventana al futuro,  en Radio Nacional de España, por el que obtuvo el Premio Nacional de Guión Radiofónico en 1972. Diez años después consiguió el Premio Ondas con España y los españoles. Otros quizá lo recuerden como director de la Semana de Cine de Gijón y como uno de los promotores de la Semana Negra. Yo lo conocí en Verines, en la costa Cantábrica, en los encuentros de escritores de todas las lenguas de España, y lo traté en su calidad de narrador de literatura fantástica, que era por lo que había sido invitado por el responsable entonces de aquellos encuentros, Víctor García de la Concha. Plans es autor de dos novelas: El cadáver (1973) y El juego de los niños (1973), reeditada recientemente por la editorial La página, de La Laguna; y de varios libros de cuentos: Las langostas (1967), Crónicas fantásticas (1968), que obtuvo el Premio Nacional de Relatos Ciencia Ficción, Lobos (1990) o Cuentos crueles (1995), entre otros muchos, con los que debería hacerse una buena antología que pusiera a disposición de los lectores su obra narrativa breve, ya presente en las recopilaciones más notables de cuentos fantásticos, de terror y ciencia ficción. Hizo muchas más cosas de mérito, pues fue redactor jefe de informativos en Radio Nacional, donde era responsable de dos espacios dedicados al terror, entre 1994 y el 2003: Sobrenatural e Historias; fue redactor jefe de la revista La Estafeta Literaria, y autor de una biografía de Jovellanos y otra de Alejandro Casona, además de una Historia de la novela policíaca (1970) y un volumen titulado La literatura de ciencia-ficción (1975). Asimismo, el cuento "El juego de los niños" sirvió de base para el guión de la película de Narciso Ibáñez Serrador, titulada ¿Quién puede matar a un niño?     
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1 comentario:

elzo dijo...

Le conocí a raíz del espacio Historias de RNE que estaba muy bien ambientado y hacía que vivieras realmente los relatos que interpretaban. Me sirvió también para descubrir a algunos escritores clásicos del fantástico por los que hasta entonces no me había interesado. Descanse en paz.