Todos los años, cuando llegan las Navidades, los suplementos culturales de los diarios
eligen los mejores libros, con diversos criterios más o menos sensatos
y discutibles, participando en la elección, junto a los especialistas, lectores
ocasionales, periodistas del medio u otros colaboradores, por lo común. Todo ello
produce una cierta confusión y algunas sorpresas ante los resultados. Unos se
quejan de que se les preste poca atención a las editoriales más modestas, aquellas que no pueden poner publicidad en los medios o disponen de menos ejemplares para la
promoción; otros de la escasa presencia de la literatura
hispanoamericana (me imagino que se refieren a la publicada en España); Laura
Freixas and Co. se lamentan de que hay pocas mujeres; y nunca falta alguien que proteste
por todo a la vez, e incluso de más cosas... Yo, por no ser menos quejoso que el resto, añadiría un lamento más: el
olvido casi sistemático del cuento y del microrrelato. En fin.
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Pero lo que no veo que haga nadie es citar esos libros que
por lo visto faltan, libros concretos, con su autor y título. Creo que la queja que todos recibiríamos con
satisfacción sería la siguiente: yo, que me he leído un buen número de libros
este año y tengo una visión panorámica de la materia, echo de menos el libro de cuentos de fulanito y la novela de menganita
porque me parece mejor (aquí se explican, en síntesis, las razones) que esos otros
que ustedes han elegido como los más destacados del año. Ese sería el
comentario que sin duda recibiríamos con alborozo, pues serviría para llamar la atención
sobre algún libro importante en el que no hubiéramos reparado, y de paso nos iríamos corriendo
a la librería para dar con un ejemplar y leerlo lo antes posible.
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Lo demás es gana de hablar por hablar, de marear y, sobre todo, de darse pisto.
.......* El cuadro es de Anselm Kiefer.
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21 comentarios:
Ls buenos propósitos literarios, a veces no se enredan en las páginas de fin de año. Y nos abanican con ese mar de letras, de recomendaciones, para perdernos en una lectura común, como un canto de sirenas. La mujer escribe constantemente, somos como máquinas de escribir a lo largo del día. Tecleamos nuestros pensamientos mientras hacemos otras tantas cosas, y quedan ahí los escritos, cosidos al tiempo que vivimos cada día.
Si hablamos de echar de menos en la lista (listas) un libro de microrrelatos, echo de menos "Teatro de ceniza", de Manuel Moyano. Me pareció un gran libro que bien podría estar entre los mejores del año, por su buena Literatura, a no ser que el tamaño importe (el tamaño de los textos, o textículos, en este caso).
La queja por la queja, sí, pero no deberíamos pasar por alto nuestra queja por el incremento del IVA en los productos culturales.
Salud
Francesc Cornadó
Querido Fernando, aunque nosotros veamos grande el cuento o lo sintamos así, su espacio es pequeño. Sucede temporada tras temporada. Hay una frontera invisible que con las herramientas del relato es imposible atravesar; hace falta otro armamento: no hay más que fijarse, por poner un ejemplo, en cuál es el libro de narrativa breve que últimamente ha tenido más relevancia. Probablemente no el de un cuentista convencido, sino el de un novelista de éxito en todos los sentidos. Mi discurso sobre este asunto siempre ha sido un poco cenizo, pero la realidad, con los años, me sigue dando la razón. Y la verdad, ya ni me preocupa.
Sigamos con lo nuestro.
Atentamente,
Gonzalo
¿Gonzalo, Gonzalo Calcedo? Dinos algo, Gonzalo.
Manu, `Teatro de ceniza´ es un gran libro, en efecto, que no desmerece de muchas de las novelas que citamos como buenas, pero se publicó en el 2011.
Gracias por vuestros comentarios y saludos.
Fernando, disculpa que no añadiese el apellido y mi torpeza rectificando comentarios. Ya con la firma completa, suscribo lo anterior: nuestro vuelo siempre es rasante, con lo que eso conlleva.
Un abrazo a todos,
Gonzalo Calcedo
Gracias, Gonzalo, y un abrazo.
Es totalmente cierto lo que dice Gonzalo: se da más publicidad a un libro de cuentos escrito por un novelista reconocido que por un cuentista. Me refiero que en realidad lo que importa es la figura mediática del escritor en sí más que la obra. Si hubiera escrito una obra de teatro probablemente hubiera sido la obra de teatro más publicitada de la temporada. Dicho lo cual, me quiero mojar y proponer algunos títulos de relatos que me han sorprendido este año:
"Segunda residencia" Margarita Leoz.
"Los ensimismados" Paul Viejo.
"La piel de los extraños" Ignacio Ferrando.
"La suave piel de la anaconda" Raúl Ariza.
"Nostalgia" de Mircea Cartarescu (habría que discutir si son cuentos o novelas breves en algún caso).
"Una edad difícil" Anna Starobinets.
Saludos.
Carlos, de todos ellos solo conozco el libro de Ignacio Ferrando y me parece excelente. Pero podrían añadirse, además, los cuentos completos de Antonio Pereira (Siruela) y los de Javier Tomeo (Páginas de Espuma), aunque en este caso sean incompletos, y el libro de Andrés Neuman que mezcla cuentos y micros. Saludos.
El de Andrés no lo he incluído porque pensé que era del año anterior. Los cuentos completos (o incompletos) no los he leído, en ninguno de los dos casos, pero si están a la altura de algunos sueltos que he leído de estos dos autores, a buen seguro que fueron dos grandes libros.
Saludos.
Pues, tienes razón, Carlos, el libro de Neuman es del 2011. En fin.
Me cuesta trabajo ser tan preciso, no habiendo leído el porcentaje de libros publicados que sería necesario para opinar; y siendo, además -para qué negarlo-, parte interesada en el asunto (echo de menos, por ejemplo, alguna mención al importante esfuerzo de cantera que ha hecho Paréntesis, por ejemplo). Pero, por ser coherente con lo planteado en mi comentario a la entrada anterior, citaré un solo libro publicado a finales del 2011, y al que hubiese correspondido, por tanto, hacer su andadura en el 2012: Historias de un dios menguante, de José Mateos (Pre-Textos); del que, por cierto, tengo pedida una reseña para Crítica, mi blog de crítica literaria. Un saludo.
José Manuel, solo nos hemos ocupado de los libros del 2012. No conozco el de José Mateos, pero la verdad es que he oido hablar muy bien de él. En esos balances del año literario, en efecto, habría que llamar la atención sobre las pequeñas editoriales independientes que con gran esfuerzo están apoyando los primeros libros de numerosos narradores. Saludos.
Dan ganas, Fernando, de preguntarte tu opinión sobre algunos de esos libros que recomendarías, no pocas veces he sacado de este blog referencias interesantes. Sin embargo, precísamente el hábito de visitar este blog me hace pensar que no has acabado con el resumen del año 2012, me falta el número precedido por la conjunción "y" que definirá la última entrada.
Así que me espero.
Abrazos!
Jesús, de los cinco libros que yo destaqué, hay más que me interesan, claro, hay reseña en el blog. Espero poder hacer una tercera entrega. Saludos.
Gonzalo Calcedo apunta a un techo de cristal del cuento, y probablemente sea así. Considerar el libro de aluvión de Marías como el libro de cuentos del año es un automatismo débil, facilón, de la crítica reseñista -no sé si esto será en sí una figura retórica-, y coincido con Fernando en echar de menos que no se haga expresivo el motivo de la selección de un libro en favor de otro cuando sea hacen esas listas -qué gran deporte lo de hacer listas-; yo creo que enriquecería, siempre que uno se lo tome así, como deporte, pues en definitiva será enfrentar opiniones divergentes que intentan ser fundadas. Por el contrario tengo la sensación cuando llegan las listas final de año de estar asistiendo al enésimo espectáculo publicitario. A mí me interesa, por ejemplo, saber el extraño porqué de elegir "El enredo de la bolsa y la vida" en vez del enorme acontecimiento que es reunir los cuentos de Antonio Pereira. Y quizás por esa vía, analizar, explicar, debatir, se acabe llegando a agrietar ese techo de cristal del cuento, pues pareciese que casi sólo los cuentistas leen a los cuentistas, casi por vigilante fraternidad.
Felipe, ¿libro de aluvión, una recopilación de los mejores cuentos de Marías? Qué humor tienes... Debemos de vivir en una edad de oro de la narrativa española y yo no me he enterado.
¿Techo de cristal del cuento? ¿De qué hablamos, de ventas, de número de lectores, de calidad literaria? Lo único que me interesa, en última instancia, es la calidad literaria, aunque como responsable de una colección de libros de cuentos no tengo más remedio que tener en cuenta las ventas y el número de lectores.
El mayor experto en cuento en España:
http://www.culturamas.es/blog/2013/01/17/el-cuento-de-2012/comment-page-1/
Fernando, sin guasa y un punto de provocación la cosa siempre es menos interesante. Digo esto a cuento de la adjetivación sobre el libro de Marías; gustándome esos libros que incluye, que tengo y disfruté, no es sino una propuesta o producto editorial con algún añadido. De ahí mi queja sobre el automatismo de alabarlo, automatismo también creo que publicitario o de mercado, en perjuicio de una mirada más atenta sobre el fenómeno del cuento, sobre otros libros y autores -y editoriales-. No me parece asimilable a lo de Pereira, por ejemplo, por el propósito, por su condición de obra acabada -esto es, que no crecerá-, y porque los libros de Pereira eran ya inencontrables. Gustándome Marías, invoco por lo expuesto mi derecho a no votar a Marías en mi lista personal 2012.
Lo del techo de cristal no es cuestión de calidad, moriría antes que afirmar eso, es más, no tendría empacho en afirmar lo contrario; hablo de acceso de lectores, de incorporación de nuevos lectores, de convicción general sobre el imperio del género. Quizás habría que afirmar con énfasis más cachondo eso que con Poli Navarro hemos comentado muchas veces, lo de escribo novelas entre cuento y cuento para entretenerme; hablo de techo para aludir a lo que Gonzalo Calcedo -qué tipo, qué escritor tan enorme- decía, esa leve tristeza que a veces no logramos evitar cuando contamos por vez enésima a alguien las razones para llevarse a casa un libro de cuentos. Del resto -bueno, de todo- sabes infinitamente más que yo en tus condiciones de estudioso-editor-crítico, que un libro de cuentos es menos rentable que jarripoter o lassombrasesasdegrey. Pero no hablaba de números, nunca, sino de la añoranza de que no tenga alguna vez que explicar por qué prefiero los cuentos, sin que me miren como a uno que mojase el chorizo en el helado.
Por último, la edad de oro de la narrativa española: podía haber sido peor. No todos los tiempos son de titanes, y venimos quizás de una literatura en español llena de titanes, con los que, con algunas obras aún en marcha, es difícil establecer a día de hoy medidas. No todos son enanos, sin embargo: podía haber sido peor. Yo creo haberlas visto peores. Pa dar la medalla de oro lo mismo no estamos, pero tampoco Platini nos hará bajar a Tercera. Y todo, y ya que lo cité y para que se anime, que sabe que le estoy haciendo campaña para que se anime, con Poli Navarro en el banquillo, apurando las vacaciones, que es como tener a Messi lesionado.
Hay un libro de cuentos espléndido que salió casi a finales de año: "La sonrisa de la Gioconda" de Blas Matamoro, publicado por Tres rosas amarillas. Matamoro tiene un estilo poderoso, un dominio maestro de las elipsis y una gran originalidad, a mí me ha encantado (y ha sido todo un descubrimiento, porque no conocía la obra narrativa de este autor).
Muchas gracias, Óscar, por la recomendación. No conozco el libro, lo buscaré. Y desde luego sé quien es Blas Matamoro.
Aprovecho para anunciarte que el próximo día 7 presentamos en Madrid las `pirañas´. Un abrazo.
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