sábado, 15 de octubre de 2011

Landero en Neuchâtel

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Mañana, lunes, en la Universidad suiza de Neuchâtel, organizado por la profesora Irene Andres-Suárez, empieza el Grand Séminaire, coloquio internacional dedicado íntegramente a la obra de Luis Landero, con  la participación de investigadores procedentes de universidades italianas, francesas, mexicanas, suizas y españolas, como Joan Oleza, Epicteto Díaz, Yvette Sánchez, Elvire Gómez-Vidal, autora del único libro que existe sobre la obra del autor (El espectáculo de la creación y de la recepción: Juegos de la edad tardía, de Luis Landero, Presses universitaires de Bordeaux, Burdeos, 2009), y Luis Beltrán Almería, entre otros. Landero tiene en su haber novelas tan importantes como Juegos de la edad tardía (1989), El guitarrista (2002), Hoy, Júpiter (2007) y Retrato de un hombre inmaduro (2009), por sólo recordar las que él prefiere entre las suyas. Pero también ha publicado un excelente libro de artículos, ¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004), y una reflexión sobre el arte de la escritura, Entre líneas: el cuento o la vida (2000). 
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* La foto de Landero es mía y está hecha en Palma de Mallorca, en el 2008, delante de un móvil de Calder. Andábamos camino de la catedral para ver la capilla de Miquel Barceló.
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3 comentarios:

Miguel A. Zapata dijo...

Mi primer libro dedicado tiene la firma de Luis Landero. Aquella segunda hoja en blanco de su seminal y fabuloso "Juegos de la edad tardía" me enseñó el juego de espejos literarios a los quince o dieciseis añitos: "A Faroni, de su amigo Miguel Ángel". Absolutamente delicioso. Si además acompaña a Landero una figura como Irene, el disfrute será doble.

Humberto Dib dijo...

Hola, Fernando, llegué hasta tu blog por casualidad, pero me sorprendió alegremente. Si me permites me quedo como seguidor.
Un abrazo.
HD

Ernesto Calabuig dijo...

Soy un "caballero de fortuna". Tuve la suerte de que Luis Landero fuera mi profesor de Lengua y Literatura el Instituto Emilia Pardo Bazán de la C/ Santa Brígida en Madrid, en un ya lejano 1986. Tanto que aquel instituto desapareció hace años. Después he mantenido mi relación con él como lector y como amigo. Creo que Landero es uno de los grandes de nuestra literatura y que, como los grandes de verdad, es, además, humilde y generoso. Mientras otros dan voces destempladas y hacen ruido para que se les oiga, Landero cultiva su gran escritura casi en secreto y no se tiene por nada, siendo tanto. En una ocasión comenté con él esta manera suya de ser y de vivir y me contestó, sonriente: "Bueno, Ernesto, no hemos descubierto la penicilina". Puede que a los grandes no les impresione su propia grandeza.