viernes, 7 de octubre de 2011

Adiós a Félix Romeo

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Félix Romeo (Zaragoza, 1968) ha fallecido hoy en Madrid, a los 43 años, como consecuencia de un fallo cardíaco. Entre 1994 y 1995 estuvo encarcelado en la cárcel de Torrero, de Zaragoza, por un delito de insumisión. Con la publicación de su primer libro, Dibujos animados (1995, luego reeditado por Anagrama), fue considerado uno de los narradores jóvenes con más futuro. Había firmado un contrato con una editorial para escribir tres novelas en los próximos años, y me comentó que el encargo le pesó tanto que no logró cumplirlo, aunque luego a aquel primer libro le siguieron Discothèque (2001) y Amarillo (2008). Además, cultivó el artículo y la crítica literaria, colaborando en distintas etapas de su vida en El Heraldo de Aragón, el suplemento de cultura de ABC, Radio Nacional de España, Revista de libros y Letras Libres. Pero siempre tuve la impresión de que para él se trataba más de un ganapán, que de una auténtica vocación como crítico o articulista, y que sospecho que nunca tuvo en realidad. En cambio, durante años dirigió el excelente programa de televisión, dedicado a la cultura, La mandrágora. Había traducido, además, obras de Natalia Ginzburg, Gonçalo Tavares y Ondjaki.

Yo lo conocí en Baeza, durante un curso de verano dirigido por Fernando García Lara; corría el verano de 1996, y entre comida y comida en el Juanito, nos pasamos las horas discutiendo de autores y libros que él había leído con pasión y, en mi opinión, con cierto desorden. A todos los allí presentes nos llamaba la atención su peculiar manera de vestir entonces, de negro riguroso, con prendas que evocaban las de los tratantes de ganado, pasadas por la posmodernidad más rabiosa... El escritor y periodista Antón Castro, buen amigo suyo, lo ha descrito como vitalista y generoso, un apasionado del arte, de la cultura, de los viajes, de la gastronomía y, sobre todo, de la vida. Después de aquel primer encuentro volví a coincidir con él en diversas ocasiones, en Madrid y Barcelona. Pero sobre todo me acuerdo de una larga noche compartida en Valladolid en compañía de Antón, Masoliver, Javier Blasco y de otras gentes del mundo literario. Entonces, recuerdo, se mostró desencantado de la escritura literaria y más escéptico aún que cuando lo había conocido en Jaén. En cualquier caso, Félix siempre parecía un tipo de una vitalidad desbordante, capaz de inventarse mil cosas para andar de acá para allá, enredando la literatura con la cultura. Se ha ido muy pronto y estoy convencido de que muchos nos quedamos con la impresión de que, por la razones que fueran, no ha podido hacer la obra que su talento parecía anunciar.      

9 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Me enterado por un correo hace un rato, y me ha impresionado. Qué pena.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Descanse en paz el gran Félix.

el ecologista dijo...

Como Stev Jacobs por entregarse al 100% asu innata vocacion descuido su salud fìsica y simplemnete se nos adelantò dejando deudas en la maquina de escribir para los que le admiramos y esperabamos mucho mas de El. Saludos desde Mèxico

Miguel A. Lama dijo...

Un gran tipo, Félix, sí. Gracias, Fernando, por el recuerdo.

L.N.J. dijo...

Las razones son obvias.
El lamento viene después para los que vivimos, otra verdadera pena.

También me enteré de la noticia, muchos nos enteramos y ahora, ya ves...

Saludos y gracias.

arb dijo...

lo veía a menudo por Zaragoza, lo escuchaba en RNE...

Belnu dijo...

Gracias por este retrato que has hecho, para mí tan afinado, de Félix Romeo. Yo le conocí poco, pero tenía esa misma impresión sobre su talento, sus opiniones contundentes y su apasionamiento. Ayer le dediqué el principio de una pequeña intervención en una mesa redonda, aquí
http://articulosisabelnunez.blogspot.com/2011/10/mi-intervencion-en-la-mesa-redonda.html

MANUEL IGLESIAS dijo...

Lo escuchaba en Radio 3. Como él se definió: Un elefante en una librería. Una verdadera lástima.

Sergio Arrieta dijo...

Se ha ido el alma de la Mandrágora.
Una gran pérdida para la cultura española.