viernes, 28 de octubre de 2011

El suicidio del Setenil

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Un premio literario vale lo que su trayectoria, puesto que lo juzgamos por los errores y aciertos en la elección de los libros ganadores. No hay premio literario que aguante dos disparates seguidos, y el Setenil lleva dos años tropezando en la misma piedra, con lo que me temo que se ha quedado herido de muerte, y todo ello por la mala elección de los componentes del jurado; tanto del jurado previo, como del definitivo.
Enfermo crónico el NH, ahora con la crisis económica y desde siempre por la nula difusión de los libros inéditos ganadores entre el público lector, volvemos a estar casi a cero en lo que se refiere a los galardones de narrativa breve. Confiemos en que la salud del Ribera de Duero sea más sólida y duradera, pues hasta ahora se ha concedido con acierto, por jurados de indiscutible valía. Y esa quizá sea la clave del asunto, sin más misterio: los miembros del jurado, los que deciden quiénes son los finalistas y quién es el ganador.
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Desde la primera edición llamaron la atención los jurados del Setenil, las presencias y ausencias, por lo caprichoso de su nombramiento. Empezar con el rancio Juan Manuel de Prada suponía una declaración de principios. Junto a escritores de indiscutible valía y cultivadores del género, como Ana María Matute, Luis Mateo Díez, José María Merino, Javier Tomeo, Andrés Neuman o el mismo Manuel Moyano, el organizador, han aparecido otros que ni tienen que ver con la narrativa breve, ni poseen entidad suficiente para formar parte del jurado en un premio de esta entidad. Y algo semejante podría decirse de los críticos. La presencia de Santos Sanz Villanueva, Ramón Jiménez Madrid o José María Pozuelo resulta indiscutible; pero el resto de críticos o periodistas locales, que de todo ha habido, me parece muy difícil de justificar. Un premio privado puede hacer lo que quiera, pero un galardón que se concede con dinero público debe cuidar estos detalles importantes. Pero, por qué estas presencias pintorescas en el jurado ¿No hay, acaso, en España, escritores y críticos prestigiosos conocedores de la materia? A mí me parece que sí. Pienso en Juan Eduardo Zúñiga, Medardo Fraile, Ramiro Pinilla, Luciano G. Egido, Juan Marsé, Álvaro Pombo, Esther Tusquets, Manuel Longares, Carme Riera, Cristina Fernández Cubas, Juan José Millás, Enrique Vila-Matas, Antonio Muñoz Molina, Pedro Zarraluki, Ignacio Martínez de Pisón, Almudena Grandes, Rosa Montero, Fernando Aramburu, Ángel Zapata, Eloy Tizón o Juan Bonilla. O en críticos como Ricardo Senabre, Ángel Basanta, Juan Antonio Masoliver, Irene Andres-Suárez, Ángeles Encinar, Epicteto Díaz, Javier Goñi, Ernesto Ayala-Dip, Ramón Acín, Jordi Gracia, Domingo Ródenas o Santos Alonso. ¿Por qué no se ha contado nunca con ellos?
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Esta es una de esas entradas que uno preferiría no tener que escribir. El Setenil es un premio que surgió en el 2004, por lo que está en su octava edición. Hasta hace dos años había llevado una trayectoria impecable. En esta última convocatoria, entre los finalistas había libros tan destacados como los de Julio Llamazares, Carlos Marzal, Francesc Serés y Rubén Abella, aunque tengo que reconocer que algunos de los demás finalistas no los he leído, por lo que esta lista podría engrosarse con otros títulos. Por el camino, incomprensiblemente, se quedaron otros títulos no menos significativos de Matías Candeira, Inés Mendoza, Isabel Mellado, Manuel Espada, Eduardo Halfon, Carmen Peire, Juan Antonio Masoliver Ródenas, Javier Mije, Juan Carlos Márquez, Gonzalo Calcedo, Óscar Esquivias y Cristina Grande. Cualquiera de los citados, y son muchos, 16, me parecen mejores que el anodino libro ganador. Para que ello no ocurra, la labor del prejurado resulta fundamental y su selección tiene que ser acertada. Pero visto lo visto, me temo que en esta convocatoria han tendido a la extravagancia y a la arbitrariedad.
Que desde Molina de Segura, un pequeño pueblo de Murcia, se conceda un premio que han ganado libros de tanta calidad como los de Alberto Méndez o Cristina Fernández Cubas, otros dignos como el de Juan Pedro Aparicio, o lo tengan en su haber narradores con tanto futuro como Óscar Esquivias o Fernando Clemot, hacía alentar esperanzas sobre la independencia y el buen hacer del premio. Pero cuando se repiten los errores y resulta imposible entender los criterios que se utilizan, acabamos perdiéndole el respeto al premio, al jurado y al organizador. Será difícil que lo recupere.
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No parece fácil explicar tanto dislate, quizás las cosas anden entre el afán de medro, el intercambio de favores y elogios (premiémonos e intercambiemos elogios), el desconocimiento y la falta de criterio y un despiste supino. En literatura no suelen quedar impunes las arbitrariedades, ni perduran los falsos prestigios o los éxitos coyunturales amañados por el nepotismo o la incompetencia. En literatura, en la exigente, la única que importa, produce más víctimas el éxito fácil, el burbujeo instantáneo, que el fracaso. Siempre ha sido así, y ni siquiera la veleidosa y vacua posmodernidad –Roberto Calasso ha denominado nuestra época como el innombrable actual- ha podido hasta ahora con ello.
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* Los cuadros son de José Manuel Ciria.
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33 comentarios:

Rosana Alonso dijo...

Fernando, ahora sí, copio y pego el comentario de ayer en el lugar que le corresponde.

El Setenil también degenera por lo que veo...
Ya tenía delito que entre los finalistas no estuvieran ciertos libros(LLenad al tierra por ejemplo...), pero que el ganador sea un libro cuyos relatos en muchas ocasiones están faltos de pulso narrativo, en otras, a pesar de las buenas ideas, están terminados como con prisas y de cualquier manera y hasta algún fallo de estilo patente se ha escapado...

Lo dicho ya no es lo que era.... qué penita.



Saludo a todos

Mamen dijo...

Yo también eché de menos entre los finalistas a Medardo Fraile, Gonzalo Calcedo, Cristina Grande.... (aunque no estoy muy de acuerdo con alguno de los demás que mencionas). De los seleccionados mis favoritos eran Carlos Marzal y Guillermo Busutil, sus libros concretos (Serés me gusta mucho, pero no tanto este libro).
Una pena de premio.

Araceli Esteves dijo...

Te has olvidado (ay, esa memoria)de añadir el nombre de Fernando Valls a la lista de integrantes de un jurado literario que se precie. Estoy segura de que no seré la única que se percate de ese olvido. Por suerte no se nos pide modestia a la hora de valorar las virtudes ajenas. Como dice aquel gracioso Joan Tardà de "Polonia", uno de los mejores programas de TV¨3: "Perdoneu, però algú ho havia de dir" Besos y buen fin de semana pasado por agua.

´´ dijo...

"¿No hay, acaso, en España, escritores y críticos prestigiosos conocedores de la materia?"

¿El miembro de un jurado cuántos libros tiene que leer? yo no veo tan fácil convencer a alguien para que se dedique a leer 15 o 16 libros que no tenía en mente leer en aquel momento.
Por otro lado hace unos meses salió en “El Cultural” un artículo de Ignacio Echevarría sobre una encuesta a escritores españoles, donde parecía que entre ellos mucho no se leen o no se gustan.

http://www.elcultural.es/version_papel/OPINION/29491/Una_encuesta

hombredebarro dijo...

Me alegra mucho leer estas palabras llenas de sentido común. Uno llega a un punto en el que no sabe si es idiota y lo toman por memo.
Gracias, porque el lugar desde el que están escritas ofrece una garantía de independencia y conocimiento.
Un saludo

Fernando Valls dijo...

Francis, eso no funciona así. Esa gente que yo cito, me refiero ahora a los críticos, lee libros habitualmente y se supone que está al tanto de lo que ha salido. No se trata de que de pronto tenga que darse un atracón. Yo formé parte un año del jurado del Setenil y conocía ya más de la mitad de de los libros finalistas, por lo que solo tuve que leer unos pocos. Por cierto, tuvimos absoluta libertad para escoger al ganador. Saludos.

César Romero dijo...

No sé si el libro que ha ganado es el mejor de relatos publicado en España el año pasado. Probablemente no. Pero a mí no me parece tan malo. Que los ha habido mejores para mi gusto, por supuesto. Incluso entre los finalistas. Pero de ahí a descalificar el premio... (sin ir más lejos: el primer premio me parece bastante flojo: que el libro de Alberto Méndez, lleno de tópicos, se tome como canónico de relatos y sobre la guerra civil, a mí no deja de sorprenderme).
Pero en esta entrada veo que subyace algo de carácter "personal" respecto del ganador, David Roas. Que evidentemente uno puede tener sus filias y sus fobias personales nadie lo duda, y qué menos que publicar en su blog lo que le venga en gana. Pero ¿puede eso perturbar el criterio estrictamente literario que supuestamente se le presume (por lo menos en esta entrada) a quien gobierna esta nave?

´´ dijo...

Gracias, por cierto en el primer volumen de sus Diarios Iñaki Uriarte, habla de Juan Manuel de Prada.

"trepador, jovenzuelo prodigio, buen escritor en el peor sentido de la palabra escritor”

plis plas

El primer volumen me ha gustado, el segundo lo tengo por leer.

Arte Pun dijo...

Lo mismo pensé yo de aquellos concursos a los que me presté y no llegué ni a finalista ni a mención de honor, o deshonor. Que si relatos en cadena, encadenados en Cadena Ser, que si Renfe, que si tal facultad, que si tal otra empresa de aguas, etc. Y justo los relatos premiados, me parecieron cuando menos, anodinos.
Recuerdo una ocasión en la que me estaba probando unos zapatos para sustituir otros similares ya un poco gastados, me llamó la atención un par de zapatos color verde clorofila, de mujer, con una hebilla dorada. Pensé, ¿a quién pueden gustarle unos zapatos así?. Pues llegó una buena moza, se los probó, y oí cómo le comentaba la madre, - ¡son preciosos!.
No había regla para medir, y tampoco la hay aquí, creo que afortunadamente.
Esta reflexión, que es muy particular, no entra en valorar el Setenil, del cual confieso mi ignorancia más certera.
Saludos.

Fernando Valls dijo...

Arte Pun, sí que hay regla para medir, porque si creyera que no, no me dedicaría a la crítica literaria. Saludos.

Fernando Valls dijo...

Hombre, César, tirria, tirria..., digamos que nunca me lo he tomado en serio como escritor. Con lo que dices de Alberto Méndez no puedo estar más en desacuerdo. Saludos, sin tirria.

PS: Por cierto, ¿tú eres el César Romero de Campo de minas, de la editorial Paréntesis?

Adolfo Poncela dijo...

A ver, no entiendo nada, tengo el libro ganador en las manos. El texto de la contraportada está firmado, y no lo firma el editor, sino el escritor Fernando Iwasaki. El mismo Fernando Iwasaki que era presidente del jurado que ha premiado el libro que llevaba su nombre... ¿?
¿De verdad estas cosas no se pueden denunciar?

Anónimo dijo...

Llevas toda la razón Fernando. Un premio lo prestigia el jurado, que en este caso exceptuando Iwasaki que publica en la misma editorial que el escritor premiado, no son nombres nada relevantes en el género ni siquiera como críticos. En mi caso eché en falta entre los finalñistas dos excelentes libros: el de Javier Mijé, arriesgado y original, y el de Isabel Mellado, por su frescura. Entre los finalistas mi apuesta era muy clara: Cuentos rusos de Seres y Vidas Prometidas de Busutil. El primero por su apuesta metaliteraria y el segundo por su audacia, humanidad y belleza. A parte de sus trayectorias y las excelentes reseñas que ha conseguido elsegundo que va ya por la segunda edición.
Ambos serán para mi los ganadores morales.

Lázaro Lluch

Alberto Jiménez dijo...

Yo lo he leído. Para mí lo más triste es que le den este premio a un libro que está mal escrito (con tantos escritores que hay por ahi que saben escribir, me refiero a la prosa, eso es lo mínimo); que no llega a desarrollar ningun cuento, ninguna historia, como si el autor no supiera hacerlo, los personajes no viven, no crecen ; y que está lleno de finales fallidos...
Y que digan que es el mejor libro del año..

Jesus Esnaola dijo...

Reconozco que cuando se publicaron los finalistas sentí bastante decepción por algunas ausencias. También reconozco que no he leído todos los finalistas, ni mucho menos todos los candidatos. Pero sí me he leído un buen puñado de ellos, entre ellos "Distorsiones", y he de decir que no me gustó nada.

No entraré en valoraciones de por qué lo han elegido como mejor libro de cuentos del año. Pero sí creo que es importante que los fallos de los concursos no sólo sean limpios sino que también lo parezcan. Y no es la mejor de las ideas que un concurso sea ganado por un escritor cuyo comentario laudatorio de contraportada está firmado por el presidente de dicho concurso. Que no aprendemos nunca.

Abrazos y enhorabuena a David Roas, en cualquier caso.

Antonio Tello dijo...

Cuando alguien me preguntó asombrado ¿por qué tu editorial no ha enviado al Setenil tu Mal de Q? le respondí, no lo sé, pero se lo agradezco porque tengo por costumbre no presentarme a ningún premio ni concurso literario. Si algún día recibo un premio no será por concurso sino por reconocimiento (cosa que veo escasamente posible). Ahora tu comentario, Fernando, refuerza mi convicción y mis razones.

Manu dijo...

no se, quizás me equivoque pero a mí me parece que después de las opiniones aquí vertidas sobre la obra de félix J. Palma, y ahora sobre Fernando Iwasaki y sobre David Roas, quizás el autor del blog tiene cierto prejuicio contra la literatura fantástica.......A veces nuestros gustos nublan la independencia de nuestro juicio,aunque sea un poco

Rosana Alonso dijo...

Quiero añadir que sí es destacable el hecho de un libro de microrrelatos sea finalista de nuevo.

Me hubiera gustado que Manuel Espada se
hubiera colado en la final con alguno de sus dos libros.
Zoom además me parece un buen libro de microrrelatos que siempre releo.

Otro saludo

Fernando Valls dijo...

Tienes razón, Manu, me has descubierto. Con gran dolor de mi alma, y padeciendo lo indecible, le he dedicado varios artículos y reseñas a los cuentos y novelas de José María Merino; he prologado los cuentos completos de Cristina Fernández Cubas y una antología de los microrrelatos de Ángel Olgoso; me he sacrificado para escribir sobre los cuentos de Juan Eduardo Zúñiga y Javier Marías; y en Menoscuarto, en una colección que dirijo, ha aparecido la antología `La realidad oculta. Cuentos fantásticos españoles del siglo XX´. Eso sí, siempre con prejuicios contra lo fantástico, como muy bien has advertido, Sherlock Holmes. Da gusto tener lectores en el blog con tanto pesquis.

Anónimo dijo...

Me ha pasado como a ti, Antonio Tello, que la editorial no lo ha presentado y yo soy un desastre para esas cosas. Me hubiese gustado que estuviera y al final uno se queda diciendo, pero si es lo mismo, no importa, da igual. Nicolás Melini

Fernando Valls dijo...

Antonio, Nicolás, los premios ayudan, pero solo si el libro es bueno, si es medianejo da lo mismo. Al final, y ese final no tarda tanto en llegar, con o sin premio, los libros importantes encuentran su camino. Abrazos.

Fernando Valls dijo...

Antes de dejar comentarios, estaría bien que leyérais las normas sobre los anónimos y su parientes cercanos, para no escribir en balde.

ALA dijo...

Hay mucha gente, Fernando, que está secundando esta entrada, "El suicidio del Setenil", en Facebook. escritores, editores, etc. es importante señalarlo.

Fernando Valls dijo...

Pues, me alegra, claro, aunque no ando en Facebook. Bastante tengo con lo que tengo aquí para meterme en más líos. Saludos.

Manuel Jorques Puig dijo...

Supongo que lo está ocurriendo en el Setenil es algo que sucede en la mayoría de los premios: priman los intereses comerciales/empresariales sobre el criterio puramente literario. Con todo, yo creo en los premios, me parece importante que existan, porque descubren autores, ganan lectores y, sobre todo, junto a la crítica, ponen un poco de orden en la apabullante (para el lector) actividad editorial. Ojalá que no desaparezcan, y ojalá que críticos y estudiosos logren imponerse a editoriales e instituciones.

Francisco Javier Torres dijo...

Todos los nombres de posibles jurados que citas son, en efecto, irrefutables, Fernando, pero me da la impresión de que no caben todos. Según parece, cada año contratan a una estrellona y la rodean de unos poquitos "emprendedores". Supongo que les llegará el turno a muchos de los que propones. Veremos. Y desde luego es importantísima la preselección que se efectúe, como bien dices. Una pena que se hayan quedado fuera tantos nombres como aduces, lo que no impide pensar que los que están cumplen las expectativas a la perfección. Tampoco yo los he leído todos, claro que no, pero Llamazares, Serés o Busutil, junto con Roas y Marzal, me parece a mí que son todos dignos finalistas. Luego están las inclinaciones personales de cada uno de nosotros, claro está. En cualquier caso, el ganador me parece que ha escrito un libro magnífico, lleno de situaciones hilarantes y corrosivas, carnavalesco, rabelaisiano... ¿El mejor libro de relatos del año?, pues puede que haya quien opine que no, pero de ahí a invalidar todo el Premio y el fallo de este año es tanto como suponer que los componentes del jurado estaban (exagero deliberadamente, no te preocupes :-) bajo los efectos de sustancias poco saludables, que no se enteraron. Una exageración igualmente, vamos. Otorguémosle a Distorsiones el beneficio de la duda y leámoslo. Yo ya lo hice . Y disfruté “horrores”. Es todo cuanto puedo decir…

Fernando Valls dijo...

Gracias, Francisco Javier, además de fino editor, eres un lector muy bondadoso. Me alegra verte por aquí y aprovecho para darte las gracias por el envío del libro de Pablo Martín Sanchez. Abrazos.

Montse Ribas Julià dijo...

Lo siento, yo no me he leído el libro, y tampoco creo que me lo lea. Pero quería decir que para mí el autor se ha caído totalmente del pedestal en el que quizá nunca llegó a estar. La forma de ganar el premio me parece dudosa y ( si es que no vino pactando el premi con llamaditas a su amigo del jurado) quizás lo más honesto sería no haberlo aceptado. Eso había estado pensando estos días, antes de intervenir, pero ahora me hago una idea más exacta de la naturalesa de este profesor: en lugar de contestar aquí al debate (si no tiene nada que ocultar) lo hace en facebook, y lo hace enviando mensajes semi públicos con sorna en los que enlaza este hilo para reírse y lo peor de todo es que lo hace involucrando a terceros (a la directora de Destino nada menos) sin su consentimiento (al menos aparentment), dejando mal a esas personas dando a entender que están el en ajo y comparten su opinión y que habitualmente quedan para tomar copas y reírse del autor de este blog (aunque luego eso no sea verdad en absoluto). Lo dicho, falta de honestidad, de tacto, de sentido común y de educación, y mal amigo de sus amigos.

Rosana Alonso dijo...

Para no parecer parcial quiero decir que del libro premiado me gustaron dos relatos muy mordaces(los dos al inicio) tanto con el capitalismo como con el comunismo y un microrrelato (de los nueve justitos que hay en la segunda parte) titulado Celebración.

Por lo demas me ratifico en mis argumentos, es un libro demasiado irregular como para recibir ese premio teniendo en cuenta los otros finalistas.
Y también quiero decir que no alcanzo a comprender que solo haya una mujer entre los finalistas...
Y eso no lo entiendo en otros muchos premios en España.

Saludo cordial

Gomes y Cia dijo...

Estimado Fernando, soy uno de los miembros del jurado de esta edición del Premio Setenil. No voy a entrar a valorar la capacitación de este jurado; en lo que a mi persona respecta, diez años como crítico literario en un diario regional son pocos frente a la trayectoria de, posiblemente, la persona más experta de España en la materia, lo digo sinceramente.

Pero lo que sí quiero dejar claro es que este jurado, o al menos quien esto suscribe, eligió y votó en completa libertad, sin ningún tipo de presión comercial (como apuntan algunos comentarios) y sin nepotismo alguno. Puede que la elección no le parezca a mucha gente la más acertada, puede que no estuviéramos suficientemente cualificados, pero NADIE nos indujo a nada, si eso hubiera ocurrido, inmediatamente yo hubiera dejado el jurado.

Le agradecería que no meta en el mismo saco la competencia (o incompetencia) y la honradez. Por lo demás, cualquier jurado emite un veredicto subjetivo, guiado por múltiples variantes a la hora de valorar más o menos un libro u otro, y le puedo asegurar que las deliberaciones de este jurado fueron largas y profesionales, y la decisión muy muy ajustada.

No quería dejar de puntualizar todo esto. Un saludo cordial.

Antonio Parra Sanz

Anónimo dijo...

Lo más lamentable de esta interesante polémica es que al ganador, visto lo visto en facebook y en los emails que se rebotan con este link y (des)calificando de rebuznos el criterio de Fernando Valls y de los comenentarios, le importa un bledo esto. Lo mismo que al jurado del premio. Una injuticia que excelentes libros como los de Carlos Marzal, Ruben Abellan y Guillermo Busutil, no hayan ganado. Espero que la gente los lea, disfruten, comparen y los premien con el boca a boca.

Laura Civantos

Anónimo dijo...

Desde luego si yo fuese escritor no me gustaría ganar un premio por los méritos de compartir amistad y editorial con el presidente del jurado. Y no creo que esto le beneficie a Fernando Iwasaki, a Páginas de Espuma que hace una magnifica labor desde hace años. Tampoco creo que no haber ganado el Setenil le reste valor a excelentes libros como Cuentos rusos de Frances Seres o Vidas Prometidas de Guillermo Busutil. He leído los dos y creo sinceramente que son de lo mejor que se ha publicado en este año.

Un saludo y enhorabuena Fernando, por decir las cosas altas y claras.

Armando Cuevas

Fernando Valls dijo...

Estimado Antonio Parra, la esencia de mi crítica iba dirigida contra el responsable de la selección del jurado, por las razones expuestas en la entrada. Y así lo ha entendido él, y sobre ello hemos mantenido un amistoso diálogo privado.
Te aseguro que no he dudado nunca de que votaras con absoluta libertad. Yo he formado parte del jurado del premio y sé que no existe presión de ningún tipo por parte de nadie. Eso siempre lo he dejado claro, e incluso en un comentario aludo a ello. Pero la cuestión esencial no es esa. El Setenil no es un premio de ámbito local o regional, sino nacional, y en él se decide cuál es el mejor libro de cuentos del año. El jurado creo que debería estar formado por escritores y críticos de semejante entidad, por reconocidos especialistas en narrativa, que los hay, y buenos, como recordaba en la entrada. A mí me parece que así se evitarían graves equivocaciones como la de este año, que hacen que el premio pierda prestigio y credibilidad. Todo puede ser opinable y discutible, pero me parece que entre el libro de Marzal, por solo citar uno de los finalistas, y el de Roas, hay la misma distancia que entre Messi y cualquier tesonero y tosco delantero de la tercera división española. Saludos cordiales.