lunes, 24 de octubre de 2011

La Matute y las muletas del Rey

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Hay muchas maneras de distinguir a unos escritores de otros, aunque existe una que apenas suele utilizarse, pues los separa la adoración que sienten por ellos los lectores, y me refiero solo a lectores exigentes. En este caso los lectores eran universitarios y esta misma mañana casi han logrado llenar el Paraninfo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Barcelona. La escritora querida era Ana María Matute, quien ha cumplido 86 años y tiene en su haber todos los premios literarios que se puedan ganar en este país: los institucionales (Premio de las Letras Españolas y Premio Cervantes), los independientes (Premio de la Crítica) y los comerciales (el Nadal y el Planeta). Y como recordada aquí mismo el sábado, el calibre de su obra admite pocas comparaciones, pues figuran entre ellas piezas de tanto valor como Los niños tontos (1956), Los hijos muertos (1958), Algunos muchachos (1964), La torre vigía (1971) y el que hoy nos ha confesado que prefiere, Olvidado Rey Gudú (1996), que Carmen Balcells tanto empeño puso en que acabara de escribir. También nos ha contado que aprecia mucho el libro menos obvio titulado Cuadernos para cuentas.
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Hoy, Ana María Matute ha sido recibida por los alumnos y profesores de la Autónoma con una larga ovación, como si fuera una artista de cine o una estrella de rock. Y lo es, en cierta manera, pues nos ha confesado que fue ella la inventora del rap, y para los incrédulos se ha puesto a tararear la canción que le cantaba a su hijo, precursora de tan pegadizo género musical. Ana María resulta muy fácil de entrevistar, pues responde siempre y a todo lo que se le pregunta, y con una sinceridad y ternura que te desarma y hace reír a menudo. 
Nunca da respuestas estereotipadas, ni se guía por lo que dicen los demás, por lo que no es raro que odie la Coca-cola y muestre un gran aprecio y agradecimiento por Camilo José Cela, y por Charo, su primera esposa, puesto que ambos le prestaron ayuda y la acogieron en su propia casa cuando más lo necesitaba.
La escritora no ha tenido una vida fácil, sino una existencia llena de claroscuros; pero reconoce haber tenido más fortuna con su obra literaria que en su vida privada. Así, cuenta que tuvo mala suerte con su primer marido, a quien ella llama siempre el Malo; pero muy buena con Julio, el segundo, el Bueno, con quien vivió 28 años, y nos cuenta, añorante, que se parecía nada menos que a Paul Newman.
No he podido resistir la tentación de preguntarle por uno de sus libros más singulares y que a mí más me gustan, Los niños tontos. Nos ha contado que lo escribió a ratos perdidos, mientras esperaba en la consulta del médico, o hacía tiempo para cualquier otro asunto cotidiano que le dejaba un rato libre. Entonces, se decía: "voy a hacer un niño tonto...". Y así fueron surgiendo esos extraordinarios textos que hoy tachamos de microrrelatos. Un día los vio el editor Fernando Baeza y la convenció para que los recogiera en un libro, puesto que le parecía que poseían una gran calidad. Y así fue como se publicaron en su editorial, Arión. Pero, ¡ojo!, a diferencia de lo que suele creerse, no es este un libro para niños, sino -como afirma Ana María- para sus padres, para que sepan que los niños también tienen sentimientos, y aman, odian y tienen celos, como hacen los adultos.
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Prometí enseñarle a Ana María el cartel que habíamos hecho para anunciar el acto, en el que aparecía un caricatura suya. Me miró y me dijo, siempre coqueta, que ella ya se había convertido en una caricatura de sí misma y que no necesitaba que la caricaturizaran más... Le describimos la ilustración y cuando se la llevé le gustó tanto que quiso guardarla, quedarse con ella, como no podía ser menos, puesto que era de LPO, quien la llama la gran dama de la literatura.
Durante la comida, sólo se tomó un plato de lasagna y unos vasos de vino tinto, nos contó que sólo va a la Academia de tarde en tarde y que le gustaría que la poeta y traductora Clara Janés ocupara uno de los sillones vacantes. Mari Paz Ortuño, conocedora de su vida y de su obra, y amiga personal de Ana María, está intentando convencerla para que escriba sus memorias. Nosotros la animamos a que se decida, pues es un pozo profundo de historias y anécdotas interesantes. ¡Y las que no cuento!, exclama la escritora con un punto de misterio y orgullo. La última confesión que nos hizo, otras no pueden relatarse aquí, fue que las muletas con las que se ayuda para andar se las regaló hace poco nada menos que el Rey. Eran las mismas que él había utilizado. Para ponderarlas, el monarca le dijo a Ana María que tenían de todo, pero ella le respondió que les faltaba tener bar... Y don Juan Carlos, claro, se río a carcajadas, con una de esas risas que Leopoldo Alas, Clarín, hubiera tachado de homéricas.            
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8 comentarios:

Susana Camps dijo...

Muchísimas gracias por transmitirnos un retrato tan vívido de la jornada a los que nos moríamos de ganas de ir y no pudimos. Yo diría que es una semblanza tierna, humorística y lúcida de la autora, como la autora misma; una semblanza matutesca. Le hace justicia. He disfrutado enormemente leyendo esta entrada.
Un abrazo.

Rosana Alonso dijo...

Gracias por dejarnos conocer un poquito más de Ana Mª Matute con estas anécdotas y recuerdos.
Recuerdo una entrevista que le hicieron en el programa Página 2 cuando salió La puerta de la luna.
Y es verdad que contesta a todo con esa sinceridad suya casi de niña. Al recordar su etapa escolar hablaba de esas niñas que eran como recortables, prototipos de sus madres y que se burlaban de ella por rara. El entrevistador le preguntó: ¿ Y a ti qué te gustaba?
Y ella dijo, no, que no mne gustaba, no me gustaban ellas y se echó a reír.

Una entrevista muy recomendable, pondría el link pero no consigo entrar en la página.


Gracias un saludo cordial

Anónimo dijo...

Gracias, Fernando, por contarnos tan bien un encuentro con una de las escritoras que más me gustan.
Un saludo
Pilar

Anónimo dijo...

Muchas gracias por esta verdadera clase de literatura. Fue espectacular. En cuanto a lo que escribe en esta entrada, ella no dijo inventar el Hip Hop. Ella dijo que inventó el Rap.
Saludos,
Lorenzo

Fernando Valls dijo...

Cierto, Lorenzo, lo que dijo haber inventado es el rap. Gracias.

Javier Ximens dijo...

Gracias por la narración, Fernando, así de algún modo asistimos los ausentes.

Rosana Alonso dijo...

Hola de nuevo, he encontrado el link a la entrevista en You Tube, ya que a Página 2 no consigo entrar, no hay manera.

http://www.youtube.com/watch?v=4hD9z14oSKg


Otro saludo

Rocío Romero dijo...

Ay ¡qué envidia, Fernando!, gracias por dejarnos mirar desde aquí.
A mí también me encantó la entrevista de Pagina2 que menciona Rosana, y no me extraña que el Paraninfo estuviera a rebosar.
Me voy a repetir ¡qué envidia!
Besos