domingo, 8 de mayo de 2011

Autorretrato de ALEJANDRO DUQUE AMUSCO


"Autorretrato para después"

Aquí tienes tu rostro presentido,
el que tus ojos, fijos en la muerte,

ya no verán, negados a su suerte,
y aquí tu boca, que selló un gemido.

Turbia la fe y el corazón dormido,
la mano del amor reposa inerte.

Ni escribe ni acaricia. Es más fuerte
que tú la tolvanera del olvido.

Despídete de todo cuanto amas
y acepta así la última ilusión:

el blanco lienzo, el ataúd, las llamas.
Problemático adiós… Entren en liza

los elementos de la destrucción,
y la ceniza vuelva a la ceniza.


* "Nací un Día de Difuntos (2 de noviembre de 1949). Y casualidad o no, buena parte de mi poesía es una meditación sobre la muerte, como se ve en el poema que te he mandado. Pasé mi infancia y juventud en Sevilla. Todo el paisaje sureño –en especial, el de Zufre (Huelva)– está muy presente en mi poesía más lírica. He sido durante años catedrático de Literatura española en el Instituto Lluís Vives, de Barcelona. Algunos libros de poesía: Esencias de los días (1976), Del agua, del fuego y otras purificaciones (1983) y Sueño en el fuego (1989), reeditado en su versión completa en 2009. En 1994 mi libro Donde rompe la noche obtuvo el Premio Loewe de Poesía, con un jurado presidido por Octavio Paz. En el 2008 apareció una antología personal de mi poesía con el título de Lírica solar. Tras unas plaquettes aparecidas en 2004, En el olvido del mundo y Briznas (cuaderno de haikus), ve la luz A la ilusión final, Renacimiento, Sevilla, 2008, mi última obra poética hasta la fecha".

* En la foto, el autor aparece en La Chascona, la casa de Neruda en Santiago de Chile. El nombre de la casa, la del pelo enmarañado, es un homenaje a Matilde Urrutia, su esposa.

3 comentarios:

Julia U dijo...

Alejandro, la solemnidad de tu poema me deja el corazón en un puño.

Nuria Mendoza dijo...

Hermoso autorretrato, de título inquietante. Me gusta especialmente esa mano que ni escribe ni acaricia. Y muy bella también la foto chilena.
Enhorabuena a Alejandro, y gracias a Fernando, por invitarlo.

S. Lottermoser dijo...

¡Emocionantísimo poema! Llevo tiempo siguiendo la poesía de Alejandro Duque Amusco, que siempre me sorprende y me resulta tan evocadora.