domingo, 23 de mayo de 2010

LEANDRO HIDALGO

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"Caleidoscopio"
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Fue en el desayuno, cuando amaneciste con noticias frescas para nuestra relación. Tenías en las manos trozos de mis sueños, hechos pedazos, y ánimo de mostrármelos. Yo te los pedí para que al momento de hacer las valijas pudiera guardarlos y llevarlos conmigo a donde fuera, para unirlos nuevamente en vaya a saber qué otras sábanas qué otras geografías.
Hoy recuerdo rodeado de tu ausencia aquel desayuno y minucioso, reordeno los fragmentos que me diste: una esfera transparente me ha quedado sobre la mesa, aunque con un hueco, una parte que he perdido o que nunca me devolviste. Aprovecho esa ventanita para mirar hacia adentro: y te veo, remendando otra esfera de otro sueño de otro hombre, observando también por la mirilla que deja un fragmento de su sueño, que ha perdido o jamás le devolvieron, y por ahí los dos ven, a su ex mujer con una esfera de sueños rotos, pegando sus heridas también, en un comedor de diario.
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* Leandro Hidalgo (Mendoza, Argentina, 1981) es sociólogo y escritor. Ha obtenido diversos premios y publicado narraciones en diarios, revistas, páginas web y antologías argentinas y españolas. Pronto se publicará su libro de microrrelatos titulado Capacho. Esta palabra, en el castellano de Mendoza (Argentina), describe los pequeños golpes que se les da a los que cumplen años, es una especie de homenaje, pero sin violencia. Se usa en la celebración de los cumpleaños, sobre todo de los niños, en las escuelas primarias. En otras regiones de Argentina, a ese mismo acto se le llama "malteada", "hacer la pelada", etc. Leandro Hidalgo nos confiesa que él intenta eso mismo con su libro, dar golpes, pequeños golpes al mundo, a los efectos de no ser violento, pero sí despertar algunas cosas.
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* En la foto, Leandro Hidalgo, a la dcha., junto a David Lagmanovich.
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3 comentarios:

Jesus Esnaola dijo...

Muy bueno el micro, es tan evocador, tan triste.
Hola Leandro, gracias Fernando. Estaré al tanto de "Capacho".

Pedro Herrero dijo...

Me desconcierta un poco la puntuación que el autor impone a su relato, pero también me seduce la precisión con la que ensambla ese prisma de fragmentos de pérdida y abandono. La historia, en mi opinión, mantiene un tono de sobriedad alejado de la melancolía, y consigue sacar partido del atractivo que siempre tienen esas figuras increíblemente reales, que a todos nos gusta contemplar en un caleidoscopio.

Anónimo dijo...

Gracias Fernando por acercarnos a este autor, he leído sus micros y son maravillosos.
También yo estaré al tanto de "Capacho".
Gran historia Caleidoscopio!

Belén A.