En el jardín
......
Todo es posible, hasta
lo imposible. La vida lo demuestra una y otra vez, sin tapujos, con
naturalidad. A estas alturas, estoy plenamente convencido de ello. Pero todavía
hoy me cuesta creer que mi atesorado jardín sea escenario de algo tan inaudito.
......
Ahí estaba tan
tranquila, zumbando su vital recorrido, metida en la corola vistosísima de uno
de mis tantos papos rosados, realizando simplemente lo que en el habitual calor
del mediodía hace en un grato sitio como ése una avispa cualquiera; una más de
las muchas que pululan de flor en flor. Y en eso que llega el niño de porra
ese, el mismo que me espía todo el tiempo desde la más alta ventana de su casa
contigua, sobre todo los fines de semana; y entonces, zas, arranca de cuajo el
indefenso papo, se lo mete a la boca y se lo traga con avispa y todo, así, por
pura maldad.
......
Debe de haber sentido un
pinchazo en la lengua, o acaso en la mismísima campanilla traviesa, porque no
pasaron tres segundos para que brotara, descomunal, el grito........
.......
Todavía me muero de la
risa cada vez que re-cuerdo cómo empezó a dar saltos desiguales por todo el
inmenso jardín, yendo y viniendo de un lado para otro, mientras se hacía bien
claro que se estaba meando, y enseguida cagando los pantalones cortos sin
dejar de correr de aquí para allá, de allá para acá como enloquecido, gritando
todo el tiempo.
.....
Lo más extraño sucedió
después. En una de ésas, tras el grito que no cesaba salió de su boca, íntegro,
el papo, completamente reconstruido; y del papo, la avispa. Entonces ésta,
picara, le hizo una venia al niño que la miraba estupefacto, y se fue
pirueteando su desenfado hasta perderse por los vericuetos del jardín.
......
Vi claramente cómo en
el suelo de blanda tierra rojiza el papo echaba raíces, empezaba a crecer, se
volvía gigantesca flor tornasolada que, en un instante, como enorme lengua
fibrosa, sacó de su centro el pistilo de un amarillo intenso, rodeó con él al
aterrado niño y, vengativo, se lo engulló.
......
Convertida ahora en
planta grandísima que sobresale en mi jardín, esa flor conserva no obstante su
autonomía. Desafiando toda lógica, sigue ahí –obligado sitio de peregrinaje– como si nada. Sólo yo sé su verdadera, inexplicable
historia. Sólo yo.
......
Nunca conté a nadie el
trágico destino de mi imprudente vecino. De todos modos no me iban a creer. Para qué más que la verdad, me siento muy cómodo sin su necia cercanía. Lo
han buscado, claro. Incluso una vez me interrogaron. Sus padres, gente sencilla
contra quienes nada tengo, parecen haberse resignado. Es sabido que todos los
años desaparecen niños en todas partes del mundo y a menudo no vuelve a saberse
de ellos.
......
El negocio va bien. Mi
jardín se ha convertido en un espléndido escaparate de interés botánico. Cada
tanto tiempo la historia, con variantes menores, se repite: alguna planta se
agiganta merced a la osadía temeraria de una de sus flores. Sobre todo cuando
algún niño travieso deja atrás la excursión en que venía y se siente tentado a transgredir la tensa paz de mis
dominios.
......
Mi único temor es que tarde o temprano, como es lógico que ocurra,
los científicos reclamen su derecho a buscar
causas y efectos. Mis flores no son, en sí mismas, un problema. Últimamente han sabido ser extremadamente discretas
en su proceder. Nadie más que yo, siempre atento a sus cosas, las ve actuar.
Pero su inusual tamaño y vistosidad, eso sí que llama mucho la atención. Si
algún botánico curioso, de ésos que nunca faltan, llegara a hurgar demasiado;
si cortara un pistilo para llevárselo a examinar y saliera corriendo a tiempo
desafiando así la súbita ira de la humillada planta, quién sabe qué
descubriría... O qué podría pasarle, solo y desprotegido en la intimidad de su
laboratorio...
.....
¡Mientras tanto el
negocio prospera y mis plantas, sobre todo los papos, se multiplican, se
agigantan, están tan felices!........
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* Enrique Jaramillo Levi (Colón, Panamá, 1944) es narrador, poeta y ensayista. Fundó y dirige la revista cultural Maga y el Diplomado
en Creación Literaria de la Universidad Tecnológica de Panamá. En el 2005 ganó el
Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró por su colección de cuentos En un instante y otras eternidades (2006);
y en 2009 los Juegos Florales Hispanoamericanos de Quetzaltenango, Guatemala,
por su libro de cuentos Escrito está (2010).
Entre sus libros más están los siguientes: Por obra y gracia. Hacia una poética del
cuento (ensayos, 2008); Todo el tiempo del
mundo (poesía, 2010); Sincronías
(180 Minicuentos) (2012); la antología Tiempo al
tiempo (Nuevos cuentistas de Panamá: 1990-2012) (2012); y Flashback (cuentos; Letra Negra, Guatemala, 2013). Este cuento es inédito..
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