lunes, 23 de junio de 2014

Pushkin en San Petersburgo

.......
....




........
San Petersburgo es una ciudad llena de monumentos y placas que recuerdan a los grandes hombres que vivieron en la ciudad: artistas, escritores, militares y políticos sobre todo. Si nos atenemos a ello, quizá sea Alexander Pushkin (1799-1837) el escritor más apreciado, pues su monumento, que data de 1957, obra del escultor Mijaíl Anikushin, se alza en mitad del hermoso jardín que hay enfrente del Museo Ruso, en pleno centro de la ciudad. Pero, además, parece ser que antes del duelo que acabaría con su vida a los 38 años, pasó por la confitería Wolf, hoy se llama Literatornoye Kafe, en la Avenida Nevski, que lo recuerda con una placa, cuadros, libros, pistolas, y la recreación en cera de su figura sentada a una de las mesas del establecimiento. Ni su asesino, el barón d´Anthes, oficial de caballería, hijo adoptivo del embajador holandés, ni su posible instigador, el zar Nicolás I, salieron muy bien parados de esta desdichada historia. El escritor, aunque no participó en la rebelión decembrista, tenía muchos amigos entre sus instigadores. En el lugar donde se produjo el duelo, en la Avenida Kolomyazhsky, hay un monumento que suele tener siempre flores frescas, aunque queda un poco a trasmano, lejos del centro. La ciudad ha convertido su última morada en el 12 del malecón del río Moyka, muy cerca del Hermitage, en una casa museo dedicada al poeta romántico, pues allí, en la planta baja, pasó sus cuatro últimos meses de vida. Esta casa pertenecía a la princesa Volkónskaia, gran admiradora de su obra. Su poema épico, Eugenio Onegin (1825-1832), transcurre en San Petersburgo, y la historia que cuenta anticipa, en cierta forma, la del propio escritor. Los amantes de la música recordarán que los libretos de ópera como Ruslán y Ludmila (1842), de Glinka; Boris Godunov (1874), de Mussorgski; Eugenio Onegin (1879) y La dama de picas (1890), de Chaikovski; y El gallo de oro (1909), de Rimski-Korsakov, están inspirados en obras de nuestro escritor. Podría decirse, en fin, que Puskhin es el Cervantes ruso. 
.....

.......
* Las fotos son de Gemma Pellicer.
....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, querido Fernando:

Como supondrás, entre el decembrismo y Pushkin, que después de todo también fué romántico, me has tocado la fibra.
Tu artículo, sencillamente, es hermoso, no se puede decir de otra manera, o yo no sé cómo, al menos.
Muchos besos, y gracias por tus interesantes entradas, mon ami.

¡Pushkin for ever!
Inés Mendoza