jueves, 16 de junio de 2011

LOLI RIVAS, y 2


Historia de un valiente
Hoy se va de vacaciones. Con Sara. Es su primer viaje desde que viven juntos, y él se pregunta si encontrará el momento de confesarle lo que siente. Juntos esperan hasta que aparece Paula, la amiga de Sara, con su Golf azul. A él le toca el asiento de atrás, el volante no es lo suyo. Durante el primer tramo conduce Sara, y horas más tarde las chicas cambian de sitio. Sara abre la puerta trasera y se tumba a su lado. Mientras va quedándose dormida, él siente un amor tan profundo, tan devastador, tan animal, que no puede evitar arriesgarse. Salta hasta el extremo del asiento, donde descansa la cabeza de Sara, y la besa suavemente en los labios. Luego se desliza hasta la curva de su cuello. Empieza a costarle respirar, pero no se preocupa, dónde va a estar mejor que allí, con Sara… Lo último que piensa es que ha valido la pena salir de la pecera.

 
La voluntad

Señoras y señores buenas tardes y disculpen las molestias. Para mí es muy triste tener que pedir pero más triste es encontrarme en esta situación en los tiempos que corren. Esto le puede pasar a cualquiera y de verdad que no se lo deseo a nadie verse así. Sólo necesito una pequeña ayuda para seguir adelante y se la tengo que pedir a ustedes porque no quiero tener que robarle a nadie y copiar lo que no es mío. Dentro de un mes perderé la ilusión que me queda si no envío un relato al concurso del metro y el autobús que ven ustedes aquí anunciado y no se me ocurre nada que contar desgraciadamente. Yo estaba seguro de que siempre tendría buenas historias pero ya ven llegó esta maldita crisis de inspiración y me quedé sin nada que contar de la noche a la mañana y aunque he buscado otras historias sin parar no he tenido suerte de momento. No me dan la prestación de la primera frase porque no llevo acumulado bastante miedo a la página en blanco así que me he quedado sin nada. Estoy desesperado y sólo espero que me ayuden si no es molestia con lo que puedan con la voluntad. Agradezco cualquier pequeña cosa que me cuenten de sus viajes aquí en el metro o en el autobús o me hablan si quieren de sus cosas recuerdos pensamientos un mal día confesiones cuentos de hadas mentiras culpas cotilleos miradas sueños algo raro que les pasó una vez casualidades secretos conversaciones que escucharon sin querer sus mejores momentos lo que pasó aquel día que decidieron seguir a alguien su destino su risa sus miedos sus manías sus amores un instante un latido en castellano o català me da lo mismo. Ante todo les pido que me disculpen las molestias y les deseo buen viaje y buena suerte para todos muchas gracias.


Asesinato en el Gatwick Express
No era un fantasma quien surgió entre la niebla y subió al Gatwick Express, pero yo iba a convertirle en uno. No me malinterpretes, no soy un asesino. Aquel hombre necesitaba morir: una y mil veces quiso aniquilarme con nóminas, ascensos, trajes caros y buen juicio. Aquella mañana me había encerrado en un ejecutivo que iba a firmar un contrato con una gran empresa. No podía permitírselo, porque entonces él me mataría a mí, al escritor que sigue guardando su sueño a buen recaudo, manteniéndolo vivo contra todo pronóstico, contra la mismísima realidad. No soy un asesino, sólo alguien dispuesto a todo por lo poco que valen mis palabras, tan poco que ya no me daban para vivir, pero no tengo excusa. No puedo justificar la cobardía de aceptar convertirme en él. Conseguí desabrocharle las entrañas y escapar. Murió en el acto. Como epitafio le dediqué las primeras palabras que vi al bajar del tren: Estación Victoria.

* Los cuadros son de Guillermo Pérez Villalta.

4 comentarios:

Antonio Tello dijo...

Lo que me gusta de Loli Rivas es la agilidad de su prosa, la sencillez con que expone la historia y ese humor socarrón que subyace en sus cuentos.

Susana Camps dijo...

Me han parecido muy de actualidad el segundo y tercer relato, con la crisis (más literaria que económica, pero en lógico equilibrio) como motor, una visión transversal muy atractiva. Son sorprendentes, ocurrentes. Enhorabuena. Y saludos.

Gemma dijo...

"Asesinato..." me parece una quijotada maravillosa: con ese escritor dispuesto a todo, si con ello logra salvaguardar su integridad... Efectivamente, hay violencias de diverso signo. Aunque algunas sean más limpias y sibilinas.
"La voluntad" me parece un complemento estupendo. Una vuelta de tuerca más en torno a los avatares que necesita recorrer hoy en día un pobre escritor.
Un abrazo

Rosana Alonso dijo...

Me ha gustado mucho La voluntad porque no era tarea fácil imitar el estilo de la gente que pide en el metro. Consigue esa misma sensación de no respirar, de leer de un tirón el discurso y ha adaptado muy bien el texto a los ruegos de un pobre escritor sin ideas.

Un saludo cordial