sábado, 11 de junio de 2011

Cubiertas con el título a sangre




Como uno nunca ha seguido moda alguna, por prescripción médica, las modas me producen urticaria, nunca estuve a la moda; a cambio, tampoco me he sentido démodé. Acabo de enterarme de que, entre las últimas tendencias del diseño gráfico, parece ser que el último grito consiste en poner el título a sangre, o sea, con el texto cortado a propósito. A mí, con perdón, no me agradan, pero me gustaría saber qué opináis vosotros que sois mucho más modernos y molonguis que yo. 

23 comentarios:

Antonio Tello dijo...

Fernando, no soy milongui ni moderno, pero tengo bastante experiencia editorial. Realmente esta moda me parece una estupidez, porque es elevar un error a la categoría de acierto. Quizás podría aceptarse la mancha a sangre, pero nunca cortando el texto.

Hansel en Baviera dijo...

Esta mods lleva tiempo en el diseño gráfico, pero se ve que ahora la han trasladado a los libros.A mí no me gusta mucho (en los libros), si bien reconozco que me inclino por las composiciones cerradas y los márgenes anchos. Es una cuestión de gustos.
Un saludo
Norberto

Antonio del Camino dijo...

Pues yo, que tampoco me las doy de moderno, estoy contigo. No las veo nada atractivas, dicho sea con el máximo respeto a los autores.

Saludos.

´´ dijo...

A mí tampoco me agradan, me gustan las portadas azules y claras de minúscula , las negras y rojas de acantilado , las negras de argumentos anagrama, las de menos cuarto narrativa breve también son bonitas , algunas de Alfaguara, la última de Marías me gusta, pero los tres tomos de la anterior no.

Unknown dijo...

Feranando, siempre te leo aunque jamás me había atrevido a comentarte.

A mí tampoco me agrada.

Gracias por la extraordinaria calidad de tu blog
Saludos cordiales

sigma dijo...

Todo vale para llamar la atención. Diseño y moda hoy van de la mano, y la moda se rige por efectos facilones y llamativos, pero nada más. Yo también soy una clásica. En fin, que si el amor es sexo...,¿ qué importa el puro?

hombredebarro dijo...

Pues a mí me gustan los dos ejemplos que muestras. Consiguen que uno se fije, que supongo que es de lo que se trata.
Un saludo.

Hiperbreves S.A. dijo...

Los caminos del diseño son inescrutables, Fernando, pero yo
cre-
qu-
corta-
lo-
títul-
n-
e-
demas-
acert-

Anónimo dijo...

Parece un error de guillotina. Nicolás Melini

Miguel A. Zapata dijo...

A mí me daría miedo un libro mío así. Tendría la impresión de que los lectores se iban a quedar sin el final del cuento o la novela o el poema. También me da la mareante sensación de que la cubierta es virtual y se está desplazando al margen como las pantallas de los autobuses con el logo de la empresa en los viajes largos. Raro.

Elías dijo...

Me sumo al común: me parecen más bien feas, por no decir horribles.
habría ue preguntarles a los autores del libro qué les aprece esa mutilación.

Menos mal que "la moda es lo primero que pasa de moda".
A ver si esta se da prisa en pasar.

Abrazo.

Araceli Esteves dijo...

Me uno a la mayoría, la sensación que me produce ver un texto cortado es que se ha cometido un error y que como la tirada ya estaba lista, han sacado los libro así.

manuespada dijo...

A mí no me gusta nada de nada el sangrado, no me parece nada moderno, sino feo y antiestético. Pero eso sí, Fernando, no digas "molonguis", eso no lo dice ni mi abuela, por dios. Un abrazo.

Fernando Valls dijo...

Pero, Manu, cómo llamar entonces a los modelnos, ¿chiripitifláuticos? Acepto sugerencias.
Gracias a todos por los comentarios y saludos.

Rosana Alonso dijo...

¿Nocilleros?

¿Afterpoperos?


¿Pojmodernos que diría Bono con esas s mutadas en jotas ?


Saludos cordiales

manuespada dijo...

Bueno, quizá les pega más eso de "gafapastas", ¿no?

Fernando Valls dijo...

Los gafapastas..., a ver si cuaja.

Isabel González González dijo...

Yo que me muevo a caballo entre el diseño y la escritura, también he detestado modas o tendencias como aquella de quitar las tildes de los carteles porque molestaban estéticamente. En este caso que planteas, Fernando, considero que la portada de 1977 es fallida porque no cumple el objetivo que sí logra la segunda. En el caso de los cuentos de Luis Magrinyà han guillotinado parte del texto para obligar al observador a detenerse en ella, a completar las palabras que se intuyen, a dedicarle un segundo más que al resto de la marabunta de portadas que se pueden apilar en una mesa de novedades. Son recursos estudiados que apelan al bulbo raquídeo, a instintos, a actos reflejos. Que el libro sea bueno o malo, que al lector le pueda gustar más o menos, son otros asuntos. Pero pienso que esta vez, el diseñador ha actuado con conocimiento de causa.

carmen peire dijo...

todo depende, ¿de qué depende? la verdad, si el t´titulo del cuento es alg tan anodin com cuents de los 90, por mí como si no lo ponen. Recuerda el microrrelato de Shúa, los cazadores de letrs stn quí.
besos cordiales

Belnu dijo...

Una opinión más: a mí me gusta que los libros puedan leerse bien, con sus títulos y los nombres de sus autores, parece de perogrullo, pero no lo es para algunos diseñadores, y la sensación del corte me produce cierto mal humor, aunque se entienda

Belnu dijo...

Eso sí, me interesa mucho el Magrinyà cuentista, me encantó Belinda y el monstruo, por ejemplo

Fernando Valls dijo...

Isabel, desde luego, el Magrinyà autor de relatos debería ser lectura de todos los narradores que han venido después que él. Y me temo que no es así. Saludos.

Belnu dijo...

Gracias, Fernando! Me alegra que estemos de acuerdo!