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Y como regalo un pecio de Rafael Sánchez Ferlosio, que puede leerse como un microrrelato.
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(Heraclio) Hace ya muchos años, yendo yo por los campos y dehesas que desde la carretera de Piedralaves hacia Pedro Bernardo y Arenas de San Pedro van bajando, ondulantes, hasta la orilla derecha del Tiétar, vi que me seguía, como a unos 10 o 12 metros de distancia, sin tratar de alcanzarme, un perro grande, un mastín, que arrastraba un trozo de cuerda que traía atado al cuello. Era, evidentemente, un perro ahorcado, que con su peso había roto la cuerda y había salvado la vida. ¿Qué vida? Aquel andar tan cansado, con la cabeza baja, aquellos ojos tristes y como entrevelados, ¿podían ser todavía la vida? La confianza en que aún alguien en el mundo lo acogiese la traía ya tan disminuida que se me fue quedando lentamente atrás hasta perderme de vista.
* El pecio fue publicado el El País, el 22 de enero del 2009. La ilustración es de Joaquim Chancho.
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7 comentarios:
¡Qué maravilla estos pecios! Carecen de cualquiera de los tics tan propios de los microrrelatos. ¿Están reunidos en algún volumen, Fernando? Gracias por acercarnos a ellos.
Coincido con Isabel, a veces es cansino leer algunos micros escritos con una serie de"normas tácitas" que pueden encasillar demasiado un género que debería admitir más experimentación.
Un saludo
Rosana A.
Escalofriante, en efecto. Y también me adhiero al parecer de Isabel (y de Rosana): es toda una gozada y un soplo de frescura encontrar microrrelatos que no están confeccionados sobre el mismo patrón de todos los talleres de costura.
Un saludo.
A mí me llama la atención el contraste entre las primeras frases del relato, precisas y objetivas, y el desarrollo posterior a partir de la palabra “evidentemente”, donde el autor da comienzo a su interpretación personal tanto del pasado reciente del animal, como de su absoluta falta de futuro. Encuentro que es un texto tan sencillo como emotivo, y al decir que me gusta lo hago sin descalificar otros estilos o formas de componer microrrelatos, que considero igualmente interesantes.
Ni de lejos se me ocurriría descalificar ninguna forma de componer microrrelatos, Pedro. La gran capacidad de experimentación que permite este género es una de sus principales virtudes. Por eso los 'tics' y las 'fórmulas' en plan el que habla está muerto resultan tan molestos. Evidentemente, si el que lo escribe lo sabe escribir quedará genial. Pero logar cosas tan difíciles como la verosimilitud y la autenticidad en un texto brevísimo como éste de Ferlosio me parece admirable.
Mil disculpas si no me he explicado bien.
Pues qué torpeza la mía y qué mala memoria porque no lo recuerdo y ahora, leyéndolo en tu blog, me pregunto: ¿Cómo se puede olvidar un texto así, de esa categoría literaria? Ay, la mala memoria.
Gracias, Fernando, por traerlo de nuevo. Un maestro, Sánchez Ferlosio.
Un abrazo, Javier.
P.S. Cada vez que veo, en los programas del tiempo, las temperaturas de Berlín, tirito, solidariamente, junto a vosotros.
Yo no he descalificadi otras formas de componer microrrelatos(sería absurdo). Simplemente manifiesto una opinión(personal) y desligo de mi opinión lo que Isabel González quisiera decir(no sea que la malinterpreten).
Yo sólo expresé que con "algunos micros"(sin nombres, sin especificar") o en algunos ambientes parece que sólo es válida una forma de microrrelato o cuasi obligatorio seguir unas normas.
Lo bueno del microrrelato es que deja aire para respirar.
Un saludo
Rosana A.
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