COLECCIONABLES
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Con el primer número de septiembre, el periódico traía el bracito rosado de un bebé. Me propuse acabar el coleccionable. Quería ser madre. “Nancy, no eres constante, nunca acabas nada, igual que mamá”, me dije a mí misma. El año pasado, mi madre empezó a encajar las piezas de un galeón, pero dejaron de editar la revista y tuvo que dejar el barco a mitad de hacer. Lo quemó. Ahora, su esqueleto carbonizado flota en la piscina. El año anterior intentó compilar todas las selecciones nacionales de fútbol del mundo, pero nos destrozaban el mobiliario con el balón y decidió cortarles los pies. Hace años tiró la toalla con la colección de árboles de la Amazonía. Se dejó llevar por la desidia, y taló los más importantes, aunque dejó algunas especies raras en las macetas. En el jardín ya había plantado a aquellos asquerosos zombis en cuyos brazos colgó, a modo de frutos, la colección de cabezas reducidas. Yo tengo la intención de construir mi bebé al completo. Ya le he colocado las piezas de la columna vertebral, le he puesto el otro bracito, el hígado, los pulmones y una pierna. Me hizo mucha ilusión encajar el cerebro en el cráneo y enroscar su cabeza pelona en el cuellito. Mi mamá decía que yo no tenía cerebro. “Cabeza hueca”, me llamaba. Pero yo nunca abandonaré a mi hijo en un armario, como hizo ella. Tuve que dispararle con uno de los tanques de la colección de la Segunda Guerra Mundial que había empezado el abuelo. Deberían haberla enterrado en un ataúd coleccionable, un féretro de piezas blancas ensambladas a mano cada domingo. Mañana llega el sexo de mi bebé con el suplemento de la prensa dominical. Si es niña, pintaré de rosa el sótano. Si es niño, pintaré el garaje de azul. Y viviremos felices aquí, en esta casa de muñecas inacabada, inconclusa, incompleta, como los fascículos de un coleccionable de septiembre.
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EL JEFE
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Helen, este mes me leen en el “Tennessee Express” que vendes “El Este del Edén”. Me quedé verde, del revés. Me desesperé. Ése es el césped en el que te besé. “¡Que le den!”, pensé. “¿Qué se cree? ¿Qué te crees?” Es él. Sé que es él. Es Peter, el que ejerce de bedel en el Wester Herst. Sé que ese demente te enternece. ¿Qué ves en ese pelele, en ese mequetrefe, en ese percebe? ¡Qué estrechez de mente! ¡Qué memez! Te desmerece. Me encelé de ese repelente, de ese vehemente, de ese ser que te empequeñece. Llegué. Le esperé brevemente. Me peleé. Le encerré en el Mercedes. Le pegué de leches, de frente. Le quebré tres veces en el vergel en el que te besé. Le meé. Eché éter en ese germen. Le quemé. ¿Te estremece? ¡Excelente! ¿Crees que te perderé, que cederé? Me mereces. Me perteneces. Ven… ¡Bebe este detergente!
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* Manuel Espada (Salamanca, 1974), es Licenciado en Periodismo y Máster en Radio. Lleva catorce años de guionista en programas de entretenimiento y ficción de RNE, TVE, Antena 3, Telemadrid y Telecinco, donde trabaja actualmente. Ha publicado la obra de teatro El tercer día, el libro de humor Un poquito de por favor (Temas de hoy), los libros de relatos El desguace (premio Editorial Grupobúho), Fuera de temario (Talentura), y el libro de microrrelatos Zoom. Ciento y pico novelas a escala (Paréntesis). Ha ganado el II certamen de “Relatos en Cadena” de la SER y el II certamen de microrrelatos de la Revista Eñe, entre otros premios. Actualmente trabaja en su próximo libro y escribe en su blog, La espada oxidada.
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* El cuadro es de J.M. Sicilia.
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* El cuadro es de J.M. Sicilia.
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29 comentarios:
Me alegro de que hayas traido aquí a Manu. Se lo merece.
Creo que es un gran relatista.
"Coleccionables" me parece un texto espléndido. Construido desde un presupuesto fantástico, la historia, en su avance, va dejando diseminados múltiples puntos de fuga, como si se tratase de un juego de muñecas rusas. En ningún momento, el ritmo y la tensión narrativa decaen, siempre in crescendo, hasta llegar el final, sutil, elíptico.
"El jefe" es un pieza vanguardista en la que el autor juega con el lenguaje, y este adquiere nuevos significados. Una propuesta arriesgada, valiente, característica de su producción.
Sin duda, un placer ver a Manu por aquí. Gracias Fernando por traerlo.
Abrazos.
Es un placer encontrar a Manu por aquí.Lo sigo desde hace tiempo.Se trata de un escritor valiente, que se atreve a arriesgarse con propuestas muy interesantes.
Manu Espada tiene en su poder la caja de Pandora de las historias fabulosas, inusuales, sorprendentes. Orquestaré todo un dispositivo de sustracción de ese tesoro en cuanto se despiste, que los escritores-profesores estamos hoy un poc caninos de autoestima e ideas.
Por cierto, Fernando, muchas felicidades.
Abrazos indignados y des-esperanzados.
Manu es muy bueno.
Me alegro de leerle por aquí.
Gracias Fernando.
Una alegría ver a Manu aquí, uno de los escritores de micros que más admiro, por la calidad de todos sus relatos y por la innovación constante. No hay más que ver estas dos piezas para darse cuenta.
Saludos
Merece la lectura atenta. Gran escritor. Mejor persona.
Una gran alegría me da ver a Manu en la nave.
Sin duda uno de los ejemplos a seguir.
Saludos.
Hoy por hoy, si hablamos de microrrelato en nuestra lengua, no podemos no hablar -y muy bien- de Manu Espada.
Me alegro que haya embarcado en la nave. Sabia decisión del capitán.
Es un placer ver a Manu por aquí. Sus micros me parecen muy originales e innovadores. Y no hay tema que se le resista.
El primer relato me parece muy original, imaginativo y elaborado, y el segundo es, como ya han dicho, una muestra de la capacidad de experimentar y exigirse que tiene Manu. Creo que, acietos aparte, es este sentido del trabajo lo que me ha hecho seguidora de su blog.
Felicidades a cumple pasado, y un abrazo a ambos.
A veces uno piensa que si Manu no lo ha hecho es que no puede hacerse. "Coleccionables" es un fantástico repaso al árbol genealógico de una familia que, casi se diría, parecen vivir en un quiosco en pleno septiembre.
Sobre la dificultad y trabajo que entraña el segundo microrrelato creo que no hace falta insistir.
Enhorabuena Manu, gracias Fernando.
Me ha gustado muchísimo Coleccionables.
Cuando se pone a inventar, la mente de Manu se activa y se expande, como el universo.
Beatriz
Qué fascinante relectura la del primer micro, recreando con los trozos de coleccionables los trozos de las dos vidas destrozadas. Me parece fascinante -y no me sorprende que venga de Manu- cómo construye un micro que se mueve en varios niveles, a partir de una prosa sencilla y casera gracias a la primera persona.
Y el segundo -Manu conoce mi opinión- es uno de los ejemplos de valor experimental que él se encarga de mostrarnos como lección de que la escritura de micros puede jugar también en planos visuales, matemáticos...
Saludos
Gabriel
Hace poco tiempo que transito por el sendero de las letras, desde el primer día no dejo de pasar por la la posada de Manu, por su blog, cada historia es un trago fantástico, una sorpresa, un sabor nuevo, es un maestro.
Saludos a todos,
http://xavierblanco.blogspot.com
Manu se atreve con todo y además lo hace buen.
Me ha fascinado especialmente Colecconables, yo le he visto el punto fantástico quite tanto me me gusta en los micros.
Abrazo a los dos feliz cumpleaños al captan
Suscribo, palabra por palabra, lo que ha dicho Agus, por citar un ejemplo contundente. Esa casa de muñecas respira a través de sus ventanas e invita a romper los límites de la imaginación. También me añado a la admiración que todos dispensamos a Manu, cuya presencia en La nave es garantía de que llevamos el rumbo adecuado.
Fernando, sin duda has presentado a todo un escritor. A un referente que escribe relatos y micros como los que has presentado. "Coleccionables" me parece una obra de arte, utilizando el sentido del humor hasta el límite y "El Jefe" es un juego del léxico para contarnos una historia.
Sin duda, Manu tiene un toque especial para transmitir en todas sus creaciones.
¡Enhorabuena ambos por esta entrada de hoy!
Interesante. Imagen de la vida. Una colección permanente de pedazos que nunca llegan a unirse para conformar al hombre.
Me ha gustado especialmente el primero, la mirada resbala sobre las palabras y la atención queda presa en la historia, en esa casa de muñecas rotas donde la inquina se une a la desesperanza para ofrecernos un territorio desolador. Fascinante.
Muchas gracias a Fernando por embarcar mis textos en su nave, es todo un honor para mí navegar en estas aguas. Y por supuesto muchas gracias a todos los que habéis dejado vuestros comentarios, me han emocionado y me animan a seguir trabajando y experimentando cosas nuevas. Creo que todos los que nos dedicamos a escribir tenemos épocas de crisis, dudas y bloqueo, sobre todo cuando escribes para ti mismo, pero gracias a los blogs hemos tenido la oportunidad de abrir una ventana al exterior, y gracias a esa ventana he conocido a grandes escritores (muchos de ellos aquí) que de otra forma no habría conocido nunca. Gracias a todos y un abrazo. Por cierto, Fernando, no sabía que era tu cumpleaños, felicidades y un tirón de orejas de los cariñosos.
Cuando te animas a abrir un blog donde colgar tus neuras "literarias", en plan aficionado, poco a poco vas navegando (efectivamente en una nave de locos) y conociendo a escritores que nunca te hubieras imaginado. Manuel Espada es uno de ellos que conocí hace poco. Hoy por hoy no me atrevo a comentar sus historias, solo sé que me gustan. Y ahora, con tu permiso, Fernando, me monto en esta tu nave.
¡Qué maravilla Manu! me ha encantado "Coleccionables" con la multitud de posibles microrrelatos que encierra. Daría para una serie :-)
El segundo muestra -como te han dicho algunos compañeros- ese aspecto experimental de tu escritura que te haría reconocible para algunos de nosotros aunque no llevara tu firma.
Mis preferencias son más clásicas, ya sabes, "Coleccionables" lo imprimiría en papel verjurado, pero mi admiración va para ambos. Enhorabuena.
Abrazos a los dos, y felicidades atrasadas a Fernando :-)
Es un gusto ver a Manu por aquí. Se lo merece.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y por las felicitaciones, claro. Abrazos.
Manu conjuga vitalidad y experimentación como nadie. Y eso se nota en ambas piezas. Un placer su lectura.
Como llego tarde, (una también tiene derecho a quemarse en la playa), sólo diré, digo, que este Manu tiene una cabeza única no coleccionable.
Puñado de besos algo tostados.
Llegó tardísimo, pero Manu se merece que recaiga en las felicitaciones. Es un enorme escritor.
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