viernes, 26 de agosto de 2011

Tango finlandés

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Me siento como los personajes de El ángel exterminador, atrapado en Argentina toda esta semana:  Santiago del Estero, Orlando Romano, la Richmond, Sol Gabetta... En fin, no me importaría quedarme allí para siempre. El caso es que anoche, tras el estupendo concierto de la violoncelista argentina, la sala estaba repleta y aplaudimos a rabiar, siguiendo con la sesión sudamericana, y con motivo del inicio de la temporada en el Konzerthaus, nos invitaron a escoger entre dos espectáculos de tango que se celebraba en otras salas del edificio. Nosotros nos fuimos a la Werner-Otto-Saal, situada en el último piso del Konzerthaus, donde actuaba un grupo de tango finlandés. Sí, de tango finlandés, con su cantante, piano, acordeón, violín y contrabajo correspondientes. Según comentó el pianista, los finlandeses mantienen un vínculo muy fuerte con los argentinos, y ello a pesar de que su lejanía geográfica parezca querer desmentirlo: ambos países arden por dentro, reveló. No le faltaba razón, pues en cuanto empezó la actuación, el oxímoron se deshizo y el tango escandinavo adquirió pleno sentido. ..
Puro producto multiculti, como dicen los alemanes, este es un espectáculo que seguramente solo puede darse en la ciudad que presume de ser la segunda capital del tango. El caso es que allí, más bien incómodos, unas cien personas, muchos de ellos con su correspondiente bebida, con ese peculiar estilo que tienen los alemanes para sostener en una mano una copa de vino, mientras en la otra sujetan una rosquilla salada, una Brezel, seguimos la música de este grupo que parecía salido de una película de Kaurismäaki. Como diría una buena amiga, eso sí con cariño, ¡cómo son estos jodidos alemanes!
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* En la foto el Konzerthaus, tras el monumento a Schiller, en la Gendarmenmarkt, de Berlín.
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3 comentarios:

Rosana dijo...

Hola Fernando! me encantaron tu crónicas relacionadas con mi país..la tristeza por el cierre de la Richmond, el concierto de Sol ( bellísimo) y el tango finlandes.. Como dirían los Les Luthiers.. siento añoralgias( añoranzas-nostalgia) por lo perdido y emoción porque alguien desde lejos disfruta del arte que intenta representarnos . Saludos desde Buenos Aires, Rosana

josep maria cabre dijo...

Hola Fernando, pues resulta que entre el aforo de tanto alemán con copa de vino en mano y un buen pretzel en la otra tenías dos antiguos alumnos de la también fenecida EUTI, sin ánimo alguno de poner en un mismo lugar la maquiavélica RDA con nuestra querida e inofensiva escuela universitaria. Los alemanes serán como son pero el placer de haber presenciado ese concierto memorable y esa fusión casi hipnótica de tango finlandés en tierra germana y por tan pocos eurillos es algo que la vulgaridad que reina en nuestro país no nos ofrece. Los pretzel son un poco sosos, pero el vino, como los años, lo mejora todo. Un cordial abrazo, Montse y Josep Maria

Fernando Valls dijo...

Desde luego, Montse y Josep Maria, y dejadme que os diga que a mi las pretzels, o brezel, me gustan mucho. Siento no haberos visto, o reconocido. Saludos.