tag:blogger.com,1999:blog-8291371180976761742.post5074834557773918756..comments2024-01-07T10:06:31.446+01:00Comments on La nave de los locos: Ignacio Soldevila: una vida cumplidaFernando Vallshttp://www.blogger.com/profile/17996658006811042621noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-8291371180976761742.post-78067500166286107992008-09-24T12:33:00.000+02:002008-09-24T12:33:00.000+02:00Muchas gracias, Javier.Déjame que aclare que el tí...Muchas gracias, Javier.<BR/>Déjame que aclare que el título de la bitácora no proviene de Baroja, sino de Sebastian Brandt, autor medieval alemán, en quien se inspiró Erasmo, para su `Elogio de la locura´, y El Bosco, Durero, hasta el autor de `Camino de perfección´. Cuando cumpla un año el blog, si sigo teniendo fuerzas, contaré esta historia con detenimiento.Fernando Vallshttps://www.blogger.com/profile/17996658006811042621noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-8291371180976761742.post-60814529552666136232008-09-23T20:30:00.000+02:002008-09-23T20:30:00.000+02:00Gracias, Fernando, por haber puesto voz al dolor q...Gracias, Fernando, por haber puesto voz al dolor que tantos sentimos ante el adiós definitivo de Ignacio. Fue emocionante leer tu artículo en El País y lo es también releerlo aquí en estas páginas que conforman este blog de tan barojiano título. Quizá no estaría de más recodar que el padre de Ignacio, me lo contó en casa, después de dar cuenta de un suculento asado de cordero regado con una botella de Viña Tondonia, uno de sus vinos preferidos, y mientras dormía con un sosegador movimiento de mano a mi hija Marta que desde la cuna parecía querer interrumpir nuestra conversación, habría que recordar, digo, que el padre de Ignacio fue un jurista represaliado por los vencedores y que pasó, al acabar la contienda incivil, varios meses en la cárcel y que no pudo superar la tristeza de la derrota y falleció apenas un año después de acabada la guerra. Ignacio hablaba siempre de su republicanismo, que le venía, como es natural por vía paterna. Le recuerdo con su abrigo gris sobre los hombros, protegiéndose del frío, siempre le tuvo Ignacio mucho miedo al frío, a pesar de haber pasado media vida en Canadá, del Audiori de la Facultat de Lletres de la Autónoma, escuchando con una infinita paciencia a todos los comunicantes de los congresos del exilio, dando, como siempre, una lección de generosidad.<BR/>Gracias, otra vez, Fernando por recordarle.Javier Quiñones Pozuelohttps://www.blogger.com/profile/05307892735677944964noreply@blogger.com