viernes, 24 de febrero de 2012

Megaquedada de microrrelatistas, por Pedro Herrero

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El pasado 18 de febrero se celebró en Madrid un encuentro informal de autores afines al género del microrrelato, convocado a través de la red social facebook con el título de II Megaquedada de microrrelatistas. La organización corrió a cargo de Ana Vidal (Anita Dinamita), Marina de la Fuente (Acuática Nik de Ha) y Fernando Vicente (Soy Depropio). Era la segunda vez que tal evento tenía lugar en la capital, y cabe reseñar que el calificativo de informal destacó sobre todo la espontaneidad y la falta de protocolo necesarias para que todos los asistentes estuvieran encantados de conocerse o volverse a encontrar.
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Acudimos cerca de cuarenta, procedentes de los cuatro puntos cardinales, llegados a pie, en coche, en tren, en avión o en autobús. Hubiéramos sido más, de no mediar compromisos y quehaceres de diversa índole. Habría venido incluso gente del otro lado del Atlántico. Pero con todo, hay que agradecer a las nuevas tecnologías la virtud de estrechar lazos virtuales que luego pueden materializarse en persona, cuando uno descubre que detrás de algunos iconos premeditadamente confusos, se esconde una voz entrañable, un aspecto imponente y un abrazo de oso polar que corta la respiración.
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No había orden del día propiamente dicho, porque no hacía ninguna falta. Porque, abordando el microrrelato tanto desde su vertiente literaria como gráfica, como también sociológica, cuando tantas personas tienen tantas, tantísimas ganas de pasar unas horas en buena compañía, el tiempo se va en comer, beber, hablar, estirar las piernas, volver a comer, beber de nuevo, hablar un poco más y pedir otra ronda. Se había fijado, eso sí, la cita a mediodía en pleno distrito de Fuencarral, cerca de la calle del Pez, donde la Casa Regional de León dispone de un restaurante con solvencia contrastada para este tipo de ocasiones.
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También se habían puesto deberes voluntarios a los asistentes: venir provistos de un micro “tuneado”. O sea, llevar un texto presentado en un formato personalizado, que luego pudiera ser sometido a concurso y sorteado entre todos. Tal vez, sin ese requisito, la reunión también habría funcionado de maravilla. Pero una de las alegrías de la jornada fue comprobar lo que puede dar de sí la imaginación, cuando sabes que tu trabajo será apreciado por mentes abiertas y sensibles. De manera que, a los postres, los textos se leyeron, se declamaron, se cantaron, se interpretaron y se escenificaron, envueltos todos en un aplauso unánime. Textos escritos en papel, impresos en láminas, zurcidos en un paño, convertidos en notas musicales, grabados en cerámica, construidos en tres dimensiones, evaporados de una caracola, ocultos en jeroglíficos, etcétera.
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La impresión de este cronista es que no sobró absolutamente nada y aún faltó tiempo para un poco más de convivencia. Esa es al menos la conclusión que desprenden los mensajes que siguen cruzándose en facebook, sobre cómo se echan de menos las horas compartidas y cuánto falta ya para la próxima convocatoria. Hay incluso propuestas firmes de lugares que pueden acoger un nuevo encuentro. Podría volver a ser a las puertas de la primavera, en un día tan radiante como el pasado sábado 18. Aunque la ley antitabaco siga obligando a salir a la calle a echar un cigarro. Aunque de nuevo coincida que el Real Madrid le meta cuatro al Racing, y encima lo den en la tele del bar. Y es que no se puede tener todo en esta vida. Pero como dijo el poeta, “aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no debemos afligirnos. Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo.”
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En las fotografías de Fernando Vicente, Fortunata Pérez, Marina de la Fuente y Paloma Hidalgo, aparece un aspecto del comedor de la Casa de León durante el ágape, la lectura de un manifiesto a favor del microrrelato (oficiada por Anita Dinamita, entre Manu Espada y Pablo Gonz), la ganadora (Marina de la Fuente) y finalistas (Manu Espada, Ana Vidal y Mª. Paz Ruiz) del concurso de micros tuneados, y un rincón del bar Sidi, antes de que la mayoría de los presentes fuera desalojada a la 1:30 de la madrugada. El vídeo montado con imágenes del evento es obra de Fernando Vicente.
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27 comentarios:

Paloma Hidalgo dijo...

Has resumido de forma estupenda lo que allí sucedió. Buena crónica para un buen día.

Un abrazo, de paloma, no de oso eh!.

Pablo Gonz dijo...

Pues sí. Ahí estuvimos disfrutando tanto tanto. Ojalá que se repita pronto.
Un fuerte abrazo, Pedro y Fernando.
PABLO GONZ

Manuel Rebollar Barro dijo...

Ostras, Pedro, y parecía que estabas cansado por ese viaje interminable en autobús; lo que estabas era observando para esta crónica tan bien narrada. Reitero lo dicho: fue un placer compartir mesa y mantel con todos vosotros, poneros rostro y escuchar y ver cómo se hace carne un microrrelato (el deseo de todo creador, que lo escrito o dicho cobre vida, tuneada o no, a pesar de que te pueda pasar lo que a la Mary Shelley de "Remando al viento").
Ñam, ñam, ñam, termitas

Manu Espada dijo...

Un placer compartir mesa contigo, Pedro, pero Manuel tiene razón, estabas tomando nota de todo. Por cierto, yo no quedé finalista del tuneo, los finalistas fueron Txoni con sus palabras bordadas y Fernando Vicente con su cubo de Rubick. Un abrazo a todos.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Lástima vivir en las antípodas de todo. Me pierdo tantos encuentros con amigos... Abrazos.

Fernando Valls dijo...

Una semana antes, andaba yo por Madrid. Lástima no haber coincidido con la secta. Saludos.

Javier Ximens dijo...

Fue genial, sobre todo poner voz, estatura, besos y abrazos a nuestros microcuentistas.
Buena crónica, Pedro.

Pedro Herrero dijo...

Mis sinceras disculpas por ese error imperdonable en el encuadre de los premios. Si es que a mí la bebida me sienta fatal y al final me olvido hasta de mi apellido. No me lo tengáis en cuenta.

MJ dijo...

Da gusto leer una crónica tan bien narrada que nos hace revivir de nuevo la intensidad de ese día.

Un abrazo, Pedro.
Pd. Por cierto, yo también viajé en autobús :-)

AGUS dijo...

No pude asistir, pero agradezco a Pedro y a los demás asistentes sus crónicas, ha sido casi como estar ahí. Este tipo de iniciativas, más en los tiempos que corren, me parecen estupendas. Sin duda, dan aliento y empuje a un género que no siempre tiene la atención y el apoyo que merece.

Abrazos.

Mar Horno dijo...

Los demás, nos morimos de la envidia y esperamos otra Megaquedada. Un abrazo para todos.

Lola Sanabria dijo...

Buena crónica con lluvia de fotografías. Pero, se siente, el que no estuvo, no vivió el detalle. ¡Los detalles! Hubo besos, abrazos, lecturas, echarle de comer miguitas a los palomos, mascaradas, mascarillas, ¡teatro manual, digo de Manu!...
Que sí, que hay que organizar la tercera megaquedada. En Madrid, claro, a tiro de piedra de todo el mundo. Lo demás, queridos míos, son periferias.

Abrazos de osa.

Carmen Quinteiro dijo...

Lo peor de cuando era pequeña y no podía ir a un cumple, era escuchar a los demás lo genial que se lo habían pasado... ahora la técnica, desafortunadamente, se ha depurado y además, hay hasta un reportaje animado con músiquita y todo ;)
La próxima no me pierdo!!!

Carmen.

Pedro Herrero dijo...

Sí, MJ, tú también viajaste en autobús. Pero no anduviste desde la parada de Zaragoza hasta Madrid sentado todo el rato junto a una rumana que llevaba una minifalda hasta el ombligo. Ni, por aquello de la buena educación, te dedicaste a mirar exclusivamente el paisaje que se divisaba desde la ventanilla del autocar, hasta que la tortículis bloqueó tus cervicales y los ojos, de tanto buscar inútiles reflejos en el cristal (cada vez que el vehículo pasaba cerca de una hilera de setos) acabaron tan vidriosos como el rosetón de la iglesia de Santa María del Mar, en el barrio de la Ribera de Barcelona.

Fernando Valls dijo...

Ya es mala suerte, Pedro. ¿En qué notaste que era rumana?

Pedro Herrero dijo...

En que "me llamo María y soy de Rumanía" fueron las únicas malditas palabras que se digno dirigirme.

Elysa dijo...

Jajaja, ¡vaya viajecito, Pedro! La verdad, no se notó esa tortículis, para nada. Fue genial conocer a tantos componentes de la secta. Fernando ¿te apuntas a la próxima?

Besitos

Fernando Valls dijo...

La cosa, entonces, estaba más que clara, Pedro.
Elysa, ya me gustaría, pero tengo que tener las fechas libres y andar por Madrid.
Gracias a todos por vuestros comentarios, saludos y que siga la alegría y la fiesta.

Pedro Herrero dijo...

Benditas periferias, querida Lola. Con tu permiso.

Sara Nieto dijo...

Sí, sí, sí. Yo también estuve ahí. Y doy fe de que fue así. Una crónica perfecta, Pedro. A mí me da igual dónde pero a la tercera voy de nuevo. Fijo.

Lola Sanabria dijo...

Nada, Pedro, las periferias están al otro lado del mundo. El centralismo (democrático) es lo mejor. (Se me vio el plumero de aquellos años antifranquistas ¿se me vio? No sé, la historia se está borrando). De todos modos, y, Aguirre, la cólera de dios mediante, es posible que tenga que volver a mis orígenes y entonces, queridos perroflautas de lo mínimo, os emplazaría a una megaquedada a pie de Mezquita. ¿Alguien da más?

Abrazos de osa amorosa, Pedro and cía.

miguel molina dijo...

Para mí fue una alegría el haber podido asistir también a está segunda quedada. Os lo recomiendo a todos los que aún no habéis probado. Un abrazo microrrelatistas. Hasta la tercera

Anita Dinamita dijo...

Qué risa, Pedro, la próxima quedada hacemos la fiesta de la minifalda hasta el ombligo ¿desde donde?
La crónica preciosa y la foto con la ganadora, estábamos ahí como organizadores del concurso, que nadie sabía que lo habría.
Un abrazo enorme y a ver si en la próxima cuadramos fechas con Fernando... será en la isla de La Palma, ya nos dirás cuando te viene bien ;)

Fortunata dijo...

!Qué bien lo pasamos! me encantó conocerte.
Un beso

convoy89 dijo...

El microrrelato está en auge, sin duda.

ESPERANZA dijo...

Si, señor, buena crónica, muy bien observada y mejor relatada.
Un placer haberle conocido Don Pedro.

Un abrazo,

Rocío Romero dijo...

Pero ¿cómo llego yo tan tarde a esta entrada? Menos mal que a la cita llegué puntual, de hecho, cuando llegamos Ana Martínez y yo, sólo estaba Fernando DePropio en el bar. Y también me fui la última ;-). Incluso volvimos al Sidi a desayunar... que sí, que os estoy dando envidia. Fue estupendo, yo tripito aunque sea en la periferia (¿Bilbao no os viene bien, queridos?)
Un abrazo, a todos, y ya sabes Fernando, esta vez tendremos en cuenta tus fechas