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"Mata a tiros a su mujer y se suicida en Roquetas"
(titular del Diario de Almería, 27/XII/2011)
Se me ocurren, sin pensarlo demasiado, las siguientes variaciones, que quizá vosotros que sois los escritores podríais ampliar:
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...Mata a tiros a su mujer pero antes se suicida.
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Mata a disgustos a su mujer y se suicida.
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Se suicida y mata de alegría a su mujer.
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Se suicida antes de matar a su mujer.
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Se suicida y punto.
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Hay cariños que matan y se suicidan.
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La mató porque era de Roquetas.
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* De nuevo, los cuadros son de Paula Rego.
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33 comentarios:
EGOISTA
Se suicida a si mismo y deja compuesta a su mujer.
La fue matando poco a poco y antes de suicidarse la remató
La mató porque quería suicidarse.
La mató porque no quería suicidarse.
NO se me ocurre ninguna, pero me gusta mucho tu cuarta variación. Solucionaría muchas cosas. Deberían suicidarse primero. Pero siempre matan antes y, después, algunos se suicidan y otros no. El chorreo de sangre por este tipo de crímenes es escandaloso. Entre los accidentes caseros y la violencia machista el lugar más seguro para una mujer es la calle. No es broma, lo leí en un periódico.
Le tiró los tejos y, como ella no le hizo caso, también las tejas. Luego se tiró por el tejado.
Matarla lo mató.
Se suicida y mueren ambos.
La mujer obliga a su marido a escribir una nota de suicidio y lo mata a tiros.
La suicida, descubre que no es su mujer y se va a Roquetas
Se mató con tal de no comer una sola cRoqueta más.
Mata a tiros a su mujer en Sagunto y se suicida en Roquetas.
Primero se mata, después se suicida y luego se pega unos cuantos tiros. Y mientras, su mujer en Roquetas.
ÉL ya no sabía que hacer para llamar la atención...
La culpa, está claro, fue de la mujer por no hacerle caso.
El periodista preguntó al alcalde de Roquetas que qué escribía. Éste, conocedor de que la muerte de una octogenaria a causa de la vida y el posterior accidente de su esposo mientras limpiaba la escopeta de perdigones no sería relevante, "telecincó" la verdad.
Tarde pero seguro.
Se suicido como mandan los cánones: comenzó con su mujer y él en Roqueta.
Abrazos de Porto.
Sergio Astorga
No tenía mujer, pero la mató tres veces.
Mujer busca suicida indeciso en Roquetas para animarlo a hacerlo antes de que la mate. No es necesaria experiencia previa.
Mata a su mujer por ser mujer.
Sólo un muerto tras el suicidio de un hombre en Roquetas.
A propósito de tu post, una greguería del gran Ramón Gómez de la Serna:
"Los que matan a una mujer y después se suicidan debían variar el sistema: suicidarse antes y matarla después".
Cuando iba a matarla, la pistola se rebeló, dobló su muñeca y disparó.
Se suicida porque no era de Roquetas
La ausencia del pronombre, en el post de Agus (el primero) y en el de Gemma, convierte el texto en un texto bífido, abierto a una doble interpretación: ¿quién quería?, ¿él o ella?; ¿quién no quería?, ¿él o ella?
Tanto era el cariño que éste se rebeló y mató a los dos.
Porque es verdad que hay cariños que matan.
"Apuntándose a la cabeza mató a su mujer que pensaba por allí".
Un saludo.
Qué bueno, Citopensis.
Muchas gracias a todos por vuestra aportación. Saludos.
Nunca tuvo valor para suicidarse. Tras matar a su mujer, fue más fácil ajustar las cuentas a un asesino.
Si hubiera revertido los términos asistiríamos a la primicia de un milagro y no a la crónica de un espanto.
"Lo realmente importante no es esta nueva situación de "violencia en el entorno familiar", el único elemento trascendente es ese suicidio en Roquetas. Estas situaciones perjudican a la imagen de España, afectando gravemente a nuestra situación económica, ello obligará a mas recortes" . Declaró la ministra del ramo, al mismo periódico de Almería.
Mató a su mujer con una roca al no conocer esta la respuesta del crucigrama: yunque de platero.
Sin conocer la noticia de Roquetas, seis días después yo la escribí al reves:
http://entrenuncayquiensabe.blogspot.com/2012/01/frustracion.html
Un abrazo.
ENROQUE.
— ¡TAS! — Pasó de golpe y porrazo sobre ella…
Aquella jugada cobarde y sin sentido le privó de su única fortaleza y protección. Al saberse ya perdido, totalmente fuera de sus casillas, se dejó guiar por su atrofiado instinto, incapaz de atisbar más allá de aquel último movimiento que lo derrumbaba sobre el tablero.
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