Llegué a Jesús Ortega a través de Marta Badía, antigua alumna mía en Bellaterra y hoy feliz y entretenida madre de familia. Marta me recomendó y envió su primer libro, El clavo en la pared, de título chejoviano. Nos gustó tanto que decidimos incluirlo en la antología Siglo XXI. Poco después lo conocí en persona en la Huerta de San Vicente, donde Jesús trabaja y solía veranear la familia Lorca, antes de la guerra civil. Marta y él me enseñaron en aquella ocasión la casa mítica. Después he coincidido con él en diversas ocasiones, alguna vez en Madrid y cuando voy a Granada. Siempre se repite el rito: cenamos, charlamos, nos tomamos unas copas en El Picaro, hacemos el amago de que bailamos, elogiamos a los buenos escritores y ya camino él de su casa y yo de mi hotel nos metemos un poquito, menos de lo que se merecen, con los malos escritores, con los tontos y vanidosos, que nunca faltan y siempre hay alguno que haya dado la nota unos días antes. Con Jesús, persona sensata y lúcida, cuesta poco compartir gustos y ponerse de acuerdo.
De Calle Aristóteles (Cuadernos del Vigía, Granada, 2011), el nuevo libro de cuentos de Jesús Ortega, recomiendo especialmente -para abrir boca- un par de piezas: una larga, "Los pájaros", y otra breve, cercana al microrrelato, "Otros espejos", que está dedicada a Irene Jiménez, con quien forma una excelente pareja de escritores de cuentos. Pero tampoco quiero dejar de decir que todo el libro resulta muy recomendable y no defraudará ni siquiera a los lectores más chinches y exigentes. Ya me diréis.
De Calle Aristóteles (Cuadernos del Vigía, Granada, 2011), el nuevo libro de cuentos de Jesús Ortega, recomiendo especialmente -para abrir boca- un par de piezas: una larga, "Los pájaros", y otra breve, cercana al microrrelato, "Otros espejos", que está dedicada a Irene Jiménez, con quien forma una excelente pareja de escritores de cuentos. Pero tampoco quiero dejar de decir que todo el libro resulta muy recomendable y no defraudará ni siquiera a los lectores más chinches y exigentes. Ya me diréis.
Compartir letras y cervezas con Jesús es un honor que pocos humanos hemos disfrutado. Sólo sale de su retiro monástico para compartir sus últimos descubrimientos y su buena compañía. Gran libro para disfrutar.
ResponderEliminarNo voy a poder ir al final, y mira que me habría gustado conocer a Jesús, pero tomo buena nota de tu recomendación, Fernando.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo no conocía a Jesús Ortega, así que gracias, una vez más, por la recomendación.
ResponderEliminarUn saludo,
Alicia
Llego tarde a esta entrada, pero a mí me ha parecido un libro espléndido. Me han gustado más los relatos más largos, como el que comentas o el último, el de la envolvente, pero todos tienen un nivel altísimo. Un libro de relatos excelente, en un año de buena cosecha (Giralt Torrente, Irene Jiménez, Daniel Gascón, etc.)
ResponderEliminarUn saludo