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ÚLTIMA VERSIÓN
ÚLTIMA VERSIÓN
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En plena noche, se levantó y fue al cuarto de baño. Ahí estaba cuando dos ladrones acuchillaron a su mujer y a su hijo pequeño. Él había sentido el cuchicheo y los pasos de los asaltantes, también supo por los movimientos sordos que hubo una lucha con su mujer, quien debió de despertarse un momento antes de quela mataran. Buscó entre los utensilios del baño algo que le sirviera de arma; no lo halló. Se quedó de pie, tras a puerta, quieto, conteniendo los ruidos. Los hombres se tomaron un tiempo para registrar algunos cajones, encontraron joyas, pocas, dinero, hasta que se dieron por satisfechos. Se marcharon pronto.
El hombre barajó y sostuvo versiones diferentes -digamos, catorce- de estos hechos. Antes de añadir una nueva muerte a la narración.
En plena noche, se levantó y fue al cuarto de baño. Ahí estaba cuando dos ladrones acuchillaron a su mujer y a su hijo pequeño. Él había sentido el cuchicheo y los pasos de los asaltantes, también supo por los movimientos sordos que hubo una lucha con su mujer, quien debió de despertarse un momento antes de que
El hombre barajó y sostuvo versiones diferentes -digamos, catorce- de estos hechos. Antes de añadir una nueva muerte a la narración.
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GRACIAS
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Cenábamos en casa de mi mejor amigo.
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Cenábamos en casa de mi mejor amigo.
Dije que iba al baño, y me metí a husmear en su despacho. Encontré debajo de unos papeles su diario íntimo. Leí la última anotación: “Debo decirle a mi mejor amigo que lo engaño con su mujer”.
Al día siguiente indagué hasta en los rincones las cosas de mi esposa. Descubrí que también llevaba un diario. Había escrito. “Tengo que confesarle que empiezo a dudar, volveré con mi marido”. Me hizo sonreír.
Entonces realicé una acción que me pareció malévola. A la primera oportunidad, tomé el diario de uno y la otra y los intercambié.
El efecto fue inmediato.
Ni siquiera se despidieron.
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Sobre la mesa que utilizaba mi mujer, hallé los dos diarios. Ambos se interrumpían con la misma palabra.
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El efecto fue inmediato.
Ni siquiera se despidieron.
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Sobre la mesa que utilizaba mi mujer, hallé los dos diarios. Ambos se interrumpían con la misma palabra.
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* El cuadro es de Chema Cobo y Guillermo Pérez Villalta.
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Inquietante "Última versión", con un pulso narrativo contenido, sobrio. Da la sensación de que personaje y narrador se funden en uno, y que de resultas mueren los dos en esa nueva muerte añadida a la narración.
ResponderEliminarEn "Gracias", el propio título es parte del micro, sin él la historia quedaría sin el efecto final que se busca.
Me alegro que Javier se atreva también con los micros. Un abrazo.
Me han gustado los dos, y me ha parecido curioso que en ambos tenga cierto protagonismo el baño, como el lugar donde la intimidad nos deja ser nosotros mismos, aunque en "Gracias" sea sólo una excusa. Muy acertados los títulos.
ResponderEliminarUn placer leer a Javier aquí del que disfruté enormemente "Mirar el agua" y la antología de Poli, con esa excelente entrevista-conversación del final que permite conocer al escritor y releer sus cuentos desde otra perspectiva.
Un abrazo para los dos.
Dos microrrelatos bien enhebrados. Y puntada a puntada, rematados sin dejar un fleco suelto. El primero deja el aliento congelado.
ResponderEliminarAbrazos a pares.
La foto de Javier, en donde aparece con semblante serio frente a unas baldosas muy parecidas a las de cualquier baño, me ha hecho pensar en que el autor se propuso jugar consigo mismo mientras ilustraba las dos piezas y se entrometía de paso en ellas; dos micros en los que la trama da un vuelco al final que resuelve ambas historias de modo irónico e inesperado. Abrazos
ResponderEliminarBuenos relatos con el baño en común. Para baño el que nos dan estos trabajos a los que tontamente juntamos unas líneas. Un autor más a leer. Gracias
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