sábado, 2 de julio de 2011

Microrretrato


¿Se anima alguien a escribir un  micro a partir de este retrato de Thomas Ruff, ganador del Premio PHotoEspaña 2011?
Los que me parezcan mejores los daré en el blog.


* Retrato (C. Pilar), 1988. 

45 comentarios:

  1. Estimado Fernando Valls:

    Mi nombre es Santiago Sevilla. Le envío un microrrelato.

    Un saludo.


    MICRORRELATO:

    El centro de la fiesta

    David pulsó el botón de automático y corrió para salir en la foto. Después, todos aplaudieron a Pilar. Por fin era profesora titular. Los miembros del departamento uno por uno le dijeron palabras amables y muchos de ellos le abrazaron y le desearon lo mejor. Le preguntaron que si le habían gustado las cataratas del Niágara, pero no le preguntaron por Enrique porque era evidente que se había ido con aquella bailarina. Era un hombre gracioso, capaz de animar cualquier fiesta, pero no había derecho a que se perdiera, a veces durante meses, sin siquiera avisar a Pilar. Tuvieron que apretarse aún más cuando llegó el Decano, el cual aceptó un whisky y le dijo a Pilar que si seguía trabajando como lo venía haciendo, ésta sería la primera de muchas celebraciones. Pilar no supo qué responder, pero pensó en la sorpresa que se llevó Enrique por su reacción cuando le llamó mosquita muerta y en que, si no lo hubiera hecho, ella no sería el centro de la fiesta.

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  2. ALGO COTIDIANO

    Cortó los trocitos de carne en pezados pequeños:los haría estofados con salsa y champiñones de guarnición. Echó los huesos al perro. Limpió la sangre que se escurría por las juntas de las baldosas formando un río de lava. Eligió el vestido con estampados de flores, aquel carmín para los labios que tanto odiaba su marido, y salió a buscar a los niños al colegio.
    Cuando los pequeños preguntaron por su padre, se hizo el silencio.

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  3. Cuando se puso enfrente de la lente de Thomas Ruff, quedó tan impresionada como en el retrato de su pasaporte.

    Sergio Astorga

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  4. Fernando, disculpa fui tan micro que se me olvidó escribir el titulo:
    "Un click para un clak.

    Sergio Astorga

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  5. LA SONRISA AUSENTE

    Thomas me pidió que sonriera, al menos con los ojos. Lo miré sin decir palabra. Bastante había hecho con colocarme ese vestido de alegres flores-
    -Sonríe -volvió a repetirme.
    Ya no iba a aguantar más, así que lo dejé clavado con las pupilas y me marché.
    Las sonrisas sólo las descongelo cuando hay luna llena.

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  6. FOTO MATÓN

    Para lucir bien en el nuevo pasaporte debería peinarme un poco, porque el pelo queda ligeramente abierto por la izquierda. Pero me he maquillado lo justo para borrar las huellas en los pómulos. El pelo es el testigo insobornable de tu última bofetada.

    También debería sonreir, ya que esta imagen me acreditará legalmente hasta la próxima renovación del documento. Quizá sonría más tarde, cuando esté lejos de ti. Ahora no tengo motivos.

    La máquina me ha dado cuatro fotos de pequeño formato y esta ampliación. Quédate con ella. Puede servirte luego, si haces fotocopias y las repartes por el barrio, cuando tengas que denunciar mi desaparición. Aunque a nadie extrañará saber que al fin te he abandonado. No en vano, soy de sobras conocida como la mujer del policía antidisturbios. Aquel abnegado funcionario del orden, que por la noche se lleva trabajo a casa.

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  7. POLAROID

    Repito la instantánea por decimoséptima vez. Nada. Vuelve a salir otra cara.


    Abrazos Fernando, y gracias por la iniciativa.

    Agustín M.V.

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  8. Perspectiva

    "No estoy nada mal", dijo la sombra al observar, por fin, su imagen en positivo.

    Ahí va, Fernando. Un abrazo.

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  9. Hola, me encantó la iniciativa por lo que me atrevo a enviarle un breve.

    Un saludo!




    SOLUCION INMEDIATA

    No ha podido cancelar la sesión de fotos, todo sucedió tan de golpe que ni tiempo tuvo de tomar recaudos.
    Además necesita el dinero, todos los ahorros que tenía los había gastado el día anterior en ésa clínica clandestina...
    Está a punto de echarse a llorar, es una suerte que no le exijan sonreir...

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  11. Espero que esto sirva. :)

    Miradas

    Mirándose al espejo, se vio atrapada en un lugar que, luego, de tanto mirar a la gente, se dio cuenta que era a ella a la que miraban.

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  12. REGALO

    Yo le había pedido a los Reyes un pájaro que respira y van y me traen un kimono con flores rosas estampadas. Con lo poco que me gustan a mí las flores rosas estampadas en los kimonos.
    ¿No saben ellos que a mí lo que mas me gusta son los pájaros que respiran?
    ¿Se nota la cara de Mona Lisa que se me ha quedado?

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  13. Umbral
    El lado alegre de Pilar era el izquierdo: había una ilusión en la ceja, una arruga de risa bajo el párpado; un amago de hoyuelo y una comisura de reproche irónico. El derecho, sin embargo, era el que asomaba cada noche desde el quicio de la puerta de aquella habitación llena de juguetes y polvo.


    Saludos
    Gabriel

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  14. Fernando no sabía cuál mandarte. Te envío los dos para que elijas tú el que quieras.

    Saludos calurosos
    Rosana

    Retrato de pared con mujer al frente

    Destaco la composición, ese blanco grisáceo recortado por la silueta femenina que ejerce un contraste hipnótico. El vacío y el todo, la causalidad frente a la contingencia, el destino y el libre albedrío, tu puta manía de fastidiar mis fotos…

    Parte meteorológico

    Bancos de niebla en la pendiente suave del cuello. En la meseta lisa de tu frente soplan vientos de componente norte moderados con alguna racha fuerte. Temperaturas mínimas suaves a la altura de tu nariz y máximas en aumento cerca de tu boca. Riesgo de incendio en tus ojos. Se esperan chubascos localmente fuertes, que a menudo irán acompañados de tormenta, principalmente durante la tarde.

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  15. Estimado Fernando:

    Me sumo a la inciativa que planteas con este pequeño texto.

    MÍRAME

    Mírame.

    Sí, tú, a ti te digo.

    ¿A quién me parezco? ¿Te recuerdo a alguien?

    Atrévete a mirarme, a sostenerme la mirada.

    ¿O es que acaso te doy miedo?

    Elías Moro

    Un saludo

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  16. Al ver la foto, esto es lo que he pensado:

    Demasiadas flores

    El perfume de los claveles la embriagaba, sin embargo, no era feliz.

    Saludos.

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  17. Fernando, me acabo de dar cuenta de que se llama Pilar, en este caso quizás sería más correcto:

    Demasiadas flores

    El perfume de los claveles la embriagaba, sin embargo, Pilar no era feliz.

    Siento la repetición.

    Encuentro muy interesante la idea para poder disfrutar de tantas variaciones.

    Gracias.

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  18. Ahí va mi pequeña contribución al desarrollo de una feliz idea.

    Saludos.

    EL ROBO

    Me pusieron Estefanía por mi abuela paterna; Rodríguez por parte de padre; y el Lobos se lo debo a mi madre. Durante veintiocho largos años mis señas de identidad se sustentaron sobre esas tres grandes mentiras. Hoy he ido a sacar las fotos para el nuevo carné. Carmen ha venido conmigo. Por más que lo intento, no me acostumbro a llamarla mamá.

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  19. Pequeña corrección:


    Fotos no, ¡por favor!

    - ¡Mierda de barro!. Lo he puesto todo perdido. La próxima vez vas tú a hacer la foto. Ciento cincuenta kilómetros para esta porquería, y encima no quería abrir los ojos... la muy puñetera.

    - Deja de decir tacos de una vez Pablo. Estas muy nervioso, ¡debes calmarte!. Con un poquito de Fotoshop esto se arregla. Menos mal que te dije que llevaras el vestido, el otro estaba lleno de manchas de sangre.

    - Y no veas lo que me costó ponérselo. Esto de que la policía quiera una foto reciente... Todo por la aberración de Pilar a sacarse fotos. A ver como está quedando. ¡Guuau!, eres una genio, incluso parece que está viva. Seguro que sirve para el cartel de “desaparecida”.

    ibso

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  20. BARBAZUL


    Ni una, ni dos. Los claveles del vestido, encarnados de sangre.
    Más de tres, y de cuatro. Retiré de su espalda el cuchillo de cocina, lo deposité en el fregadero.
    Cinco o seis. Me perfilé los labios con rouge.
    Quizás siete. Y me senté a esperar.
    Hasta siete mujeres había encerrado en la computadora del cuarto de al lado, mientras yo aguardaba, quebrada de deseo, en nuestra cama. Hoy encontré los mensajes que tecleaba de madrugada, cuando el sueño lamía mi derrota.
    Me han recogido en casa, entre alaridos azules. Ahora posaré para la foto, algo despeinada por el forcejeo, pero con el maquillaje impecable. Se me verá bonita, como todo el que hace, por fin, lo que le pide el cuerpo.

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  21. LA SONRISA

    No miré hacia tu cámara. Fue ese lente inquieto el que buscó mi rostro entre tantos otros rostros alegres.
    He burlado tu oculta ceremonia para sorprenderme. Como tú dices: “Lo difícil del retrato es reproducir la sonrisa”. ¿A quién pertenece el galardón?



    Muy ocurrente y divertida la iniciativa. Saludos cordiales.

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  22. Buenas noches Fernando, yo también entro al trapo (aunque pensé que había más tiempo para madurarlo, me sorprende la rapidez de la respuesta). Muchas gracias por la iniciativa, muy tentadora por el tipo de foto. Y saludos afectuosos.

    En doble flecha vertical invertida Marte expresa su derrota. Desorden, vendaval de dificultades detenidas. Frente virtuosa. El ojo izquierdo, bala de plomo, perpetra serenamente su poder en tu rostro. Te impone silencio, cordura, te encañona. Ni se te ocurre dudar. Sabes que ya antes te ha vencido, te destripará esta vez. Un reguero de cuerpos lo atestigua. El derecho, sin embargo, emana debilidad desde su alerta. Está asustada, piensas. Me teme, celebras. No, un paso en falso y la mandíbula se abrirá extraterrestre, replica tu intuición; fauces depredadoras deglutirán tu final. Lentamente. Pero qué final hermoso. Hermoso rostro, hermosa bestia: vestido doméstico, de hembra universal, te induce a hacerle un daño sublime. A muerte.
    A quién le importa la muerte de un espejo.

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  23. Mi madre y la playa.

    Playa de arena negra, que me quema los pies. Todavía se siente el fuego de las naves que arden, muriendo al llegar al mar centroamericano. Colón y los forajidos, sobre las islas del Caribe.
    Miro a mis vecinos y me pregunto de qué huyeron antes de quemar el barco. Miro a mi madre, vencida en su edad, refugiada en sus flores plásticas y su acento sevillano.
    De qué huía mi madre, quisiera saber, cuando veo su foto del pasaporte, con su vestido floreado, cosido por ella misma, con esos ojos cargando algo que jamás me mostró.
    Sé tan poco sobre ella. A veces veo la foto de mi madre en su pasaporte y creo que también huía de mí.

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  24. Me he vuelto a mirar en el espejo para constatar una vez más la esencia glacial y fluida de la tristeza que congela toda la extensión del espacio disponible a la mirada.
    He vuelto a recordar el tiempo en que nos amábamos y nos completábamos.
    He vuelto a sentir tu lenta conquista de mi libertad cuando me ibas esclavizando al hacerme objeto inanimado de tu posesión.
    He vuelto al horror de mis interminables cadenas.

    Hazme una foto, amor. Quiero que te hieran mis ojos de tristeza y mi boca de sonrisas muertas cuando -bien lo sé- un día reviente de miedo, dolor, humillación, tristeza y sometimiento y no me quede otro camino que escaparme de tu lado
    Porque ya sé de antemano que ese día caerá sobre mí la espada que tus continuas amenazas han suspendido hace ya tiempo sobre mi fragilidad.
    Y se clavará desde tus manos en mi cuerpo mientras el monstruo de tu prepotencia pronunciará la fatídica frase que , paradójicamente, me abrirá la única puerta, última y fatídica, hacia una eternidad, por fin, sin ti:
    "Si no has de ser mía, no serás jamás de nadie"

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  25. DESPEDIDA
    No sonrías, le pido, y disparo de nuevo. Tampoco.
    Cierro el plano y me quedo sólo con la mitad de su rostro, quizá huyendo de las odiosas simetrías.
    Ella aguanta la postura, el gesto, mientras yo sigo disparando la cámara una y otra vez, con desesperación. Me acerco, hago zoom de nuevo. Veo su piel tan cerca que ya ni lisa, ni perfecta la apariencia. Y lo intento de nuevo. Sobre un punto negro. Oscuro, hermoso, vacío.
    JESÚS ESNAOLA

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  26. DOBLE O NADA

    Estoy serio en la foto. Bueno, seria. Entonces estaba siempre seria. O serio. Fue antes de la operación. Mis labios ahora están más desdibujados, menos perfilados, aunque sonríen más a menudo. Mis cejas se han poblado. El cabello me está empezando a escasear. Es absurdo: me alegro de estar quedándome calvo. Me miro en esa vieja foto y sé que ella no era yo, aunque lo fuera. Pilar murió. Ahora me llamo Tomás. Lo único que queda de Pilar es su nombre. Así se llama mi novia actual. Que se parece más a la de la foto que yo. Tal vez ella sea la de la foto, y no yo.

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  27. Pues un micro veloz que se me ocurre.
    CUESTION DE TIEMPO Y FORMATO
    "De haber nacido en otra época, sería lienzo. Y también desde allí te sostendría esta mirada en la que te tocaría leer sentimientos tan contradictorios. Tal vez te llevara toda la vida saber lo más mínimo de mí. Esperar sin desesperarte"

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  28. BOTÍN DE GUERRA

    Siempre me habían dicho que era el vivo retrato de mi madre, pero cuando encontré aquella fotografía en la cómoda, bajo los uniformes de campaña de mi padre, descubrí realmente de quién era la forma triste, ovalada, de mis ojos.

    MANU ESPADA

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  29. La prueba del engaño

    Murió, eso dijeron. Mírala, es mi calco, los mismos ojos horadando la cámara, la nariz fina, los labios con la forma definida, esa barbilla desafiante dispuesta a enfrentarse a todos. Hasta el color del pelo tenemos igual. Pero nada más, porque nos robaron todos estos años. A mí me cuidó la madre que nos parió; cada otoño juntas visitábamos su tumba mientras que a ella la criaban los padres que la compraron.


    ©Elysa

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  30. Terapia de pareja

    Pilar, la última vez que saqué tu foto de la cartera salías sonriendo. ¿Qué nos está pasando?





    Me gustó mucho la iniciativa.
    Un saludo

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  31. Los viajes al futuro no se sentían.
    Recordaba las viejas fotografías de gentes que ahora han de estar muertas, esas en blanco y negro. A veces se siente que la vida fue así en algún tiempo. Todo en blanco y negro y con lindos trajes y ambientes fríos y taciturnos. «Tal vez eso quiere» Un retrato mío para su portafolio y no para un álbum familiar. ¿Dónde quedará esa foto? ¿Para qué sonreír? a color o no, esta soy yo... Pilar, la del vestido floreado y ojos taciturnos.

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  32. ¿DÓNDE?

    Me llegó la foto y yo la guardé. Los dos sabíamos que todo era un juego. Ni tú eras ella, ni yo soy quien dije. Aún así, la acepté. Hice multitud de copias y las fui distribuyendo, primero por las esquinas de mi casa, más tarde crucé la carretera; incluso cambié de ciudad. Ahora ya me quedo sin copias y en esta última que tengo te pondré en la frente, en pequeño, como si fuera una arruguita, un discreto “Se busca”.

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  33. Hola me encanta tu propuesta,
    ahí va un granito
    "El pico de la camisa, me recordaba tanto a una flecha…
    Cuando la miré a los ojos, supe que había sido Cupido".

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  34. LAS MOLESTIAS DE ROSALÍA

    ¡Click!

    Truena un chirrido escalofriante cerca del oído de la muchacha.

    ¡Otra vez entorpeces nuestra sesión! Ayer, tiraste el trípode. Ahora, estas trapisondas sonoras que asustan a Pilar…
    ¿Hasta cuándo debo soportar tus celos porque no puedes aparecer en las fotos?



    Más saludos.

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  35. Pasaba horas delante del espejo, inmóvil, pétrea, reduciendo el parpadeo al inconsciente, segura de que en la perseverancia descubriría una expansión en las córneas, un leve temblor de los labios, la alteración unívoca de un cabello, algún desvío que delatase a la otra.

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  36. Muchas gracias a todos por vuestros microrrelatos. Saludos.

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  37. María Dolores Rubio de Medina5 de julio de 2011, 15:44

    Buenas tardes, Sr. Valls:
    Adjunto mi propuesta de microrretrato

    Saludos cordiales
    María Dolores Rubio de Medina



    Secuencias

    Fue un intercambio de fotografías y, de seguido, una relación calmosa como una balsa de aceite. Esta mañana, al abrir la cartera para contemplarte, he barruntado tiempos de sobresalto. Un estremecimiento me ha sacudido como un latigazo. Es el mismo retrato y estás extraña: sólo muestras los rizos castaños de tu nuca.

    (c) Rubio de Medina, 2011

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  38. Reo

    Todo por la puta foto de la puta de la foto.


    Aquí fue un microrrelato políticamente incorrecto y desagradable. Y por supuesto puramente literario. Mis más sinceras disculpas por si alguien se puede sentir ofendido por esta confesión siniestra de un personaje indeseable que ni soy yo ni tengo el disgusto... Respecto a la señora de la foto, todos mis respetos, es sólo una víctima "inspiratoria".

    Fernando, ya sé que no eres muy amigo de estos microrrelatos de una línea o una frase, pero a mí me atraen algunos textos como éste, que fue perdiendo palabras hasta quedarse en esta frase malsonante, repetitiva, pero evocadora, a mi juicio. Sus once palabras (sólo seis distintas) quieren contar algo y no sé si lo consigo.

    Les cuento y les destripo el micro...

    El título "Reo": coloca al lector en una historia donde hay una persona que merece castigo. Un culpable, un condenado.

    El texto: "Todo por la puta foto de la puta de la foto". Su lenguaje soez ayuda a perfilar al personaje narrador. Su desprecio a la mujer de la imagen también lo define. Tenemos a un machista maleducado por ahí. "Todo" resume las consecuencias, lo que le ha ocurrido al reo (abierto a la imaginación del lector, pero si se trata de un reo, por qué no pensar en una condena...). "Por la puta foto" muestra el origen de ese mal que ha sufrido. Y "de la puta de la foto" deja claro su nombrado desprecio por la víctima, porque a estas alturas espero que el lector haya podido inferir que la foto fue la prueba clave para condenar al reo.

    Saludos y disculpen el rollo macabeo... que igual no viene ni a cuento, pero lo consideré necesario para explicar este exabrupto literario.

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  39. FETICHE

    Foto número novecientos setenta y tres de la serie. El Dr. Dionisio Ridaura comprueba en la pantalla de su cámara digital que el resultado vuelve a ser óptimo. Sonríe rozagante. El estampado de flores rosáceas con fondo negro del vestido y el escote de pico realza la esencia de lo que siempre busca en estos retratos. “¡Lista señorita!”. El doctor acompaña a la joven a la puerta de su estudio de fotógrafo aficionado. Cuando ella se da la vuelta y le ofrece la espalda, su cintura de niña y el bamboleo de sus andares, él la sigue con una mirada salaz, y pronuncia en su mente, por noningentésima septuagésima tercera vez, la misma convicción de siempre: “Las mujeres de mandíbula angulosa son las que mejor hacen el amor”.

    Un saludo Fernando,

    Iván T.

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  40. Y ahora: el turno de las correccciones( para aquellos que somos minuciosos y molestos)
    "Las ocultas manifestaciones de Rosalía"


    ¡Click!

    Truena un chirrido escalofriante cerca del oído de la muchacha.

    ¡Otra vez entorpeces nuestra sesión! Ayer, tiraste el trípode. Ahora, estas trapisondas sonoras que asustan a Pilar…
    ¿Hasta cuándo debo soportar tus celos porque ya no puedes aparecer en las fotos?




    Más saludos.

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  41. Foto para la orla


    Habías querido que culminara la carrera que nunca quise estudiar, como el ribete imprescindible para conseguir el estatus social que nunca tuviste, que dicho como lo pensabas -y no como lo decías- consistía en atrapar un buen marido, con carrera. Sólo en la universidad sería posible. Lo adornabas con mil y una expresiones de la sabiduría popular : el saber no ocupa lugar ; quien hace un cesto, hace ciento ; Dios los cría y ellos se juntan... No perdías ocasión de hacer que viera lo que tú veías : míralos con sus coches, sus relumbres de buena vida, sus cuerpos frágiles, atléticos, sus figuras esbeltas, sus manos cuidadas, sus buenos trajes, sus pasos pausados, comedidos, su olor a limpio, del que no suda, sus modales... eso es lo que te espera. Tú sigue, estudia, que yo no paro en mientes el sacrificio para que lo consigas. Me mostrabas al resto, muertos de hambre, decías, cargados de criaturas, maltrapiados, sucios, y la manoseada libreta de fiar del ultramarinos : Marcial, dos hogazas de pan, una lata de sardinas, 1 litro de aceite, dos kilos de garbanzos, una libra de tocino, medio kilo de azúcar .., la lista interminable debajo de sus nombres, uno a uno. Ninguno de esos te conviene, me decías. Íbamos todos a misa, relucientes, los domingos, la muda limpia. Me lavabas de pies a cabeza, rezabas el bendito alabado, me ungías con la oración para preservarme del mal que ya intuía que venía de la mugre y la miseria, el hambre y la necesidad, me peinabas el pelo en largas trenzas, me vestías la camisa de batista con tira bordada o el vestidito de viscosa con orla en el cuello bebé, y añadías, era impensable no hacerlo, los lazos de colores y los zapatos negros de charol, de horma siempre pequeña -para que el pie no se desmadre-, sobre calcetines blancos con ribete y cinta y lazo, inmaculados. Me envolvías como un regalo. Perdiste la paciencia. Estudiar fechas, leyes, artículos, códigos, legislación no se me daba demasiado bien, y no te quedaste lo suficiente para verme en la orla. Pero ya ves, aquí estoy. Refugiada bajo la tela de cretona de las cortinas, como siempre que me aturdías con tus excesivas expectativas, con las trenzas deshechas -sólo por darme el gusto todavía de hacerte rabiar- bajo la blusa cosida con esmero -como me enseñaste, ni se nota la vejez de la tela tras reavivar el color con amoniaco-, con cuello bebé, para darte gusto. En el fondo, a lo que te resistías, era a verme crecer. Esta vez, el cuello no lleva orla ni ribete. La orla soy yo misma, esta foto, puro fracaso, célibe y sin perspectivas, para tu tumba.


    Emilia Oliva

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  42. Imagina

    Te imaginaba desnuda bajo la ropa. Siempre muerta de frío, como si tiritar fuera la excusa para salir borrosa en todas mis fotografías. En todas menos en esta. Aquí las flores son flores, no algo de color rosa que parece una nube de caramelo sobre cielo de tormenta. Aquí no te mueves, ni un milímetro. Congelada en el tiempo, congelada en el papel y congelada ante mis ojos. Te has peinado de prisa, venías con ganas de seguir jugando. Los pendientes son pequeños y el cuello un triángulo color carne. Colores en todas partes. Imagina que ahora hago la foto y no sirve de nada el esfuerzo ni todo tu siglo veintiuno multicolor. Todo el tiempo, todos los inventos, la película nueva y esas salas oscuras ya no son nada si decido hacerlo a la vieja usanza. Distintos tonos de gris para la vida. ¿Llevas los labios pintados o es natural? No respondas y mira al agujero, pero sin perderte. Ya no quiero seguir imaginándote desnuda, ya sabes. Prefiero subir y bajar el objetivo, asustarte un poco. Tirita ahora si quieres, no ha habido forma de hacerte entrar en razón. Imagina que estas ante mi objetivo, sabes que yo sólo disparo fotografías.

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  43. ARRESTO

    Su compañero la encañonó mientras él revisaba la ficha policial. No había duda, era la misma mujer de la foto. Alta, caucásica, pelo castaño. Buscada en quince estados por asesinato, secuestro y robo. En su descripción alguien había añadido una nota escrita a mano: “Cuidado con sus ojos. No mirar fijamente”, alcanzó a leer antes de sentir el roce del metal contra su nuca.

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  44. Gracias por aceptar el micro aunque llegue un poco tarde, Fernando, y enhorabuena por la iniciativa!

    Eva

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  45. Remei González Morán
    Mi microrrelato:

    Lazos de sangre

    He estado a punto de enviarte sólo la foto, convencida de que me reconocerías así, porque tenemos la misma sangre. Que quizá un sexto sentido te llevara a sentirte unida a mí nada más mirame a los ojos. Después me entró miedo de que ocurriera justo lo contrario.
    No. Quiero hablarte, decirte que no te quiero, que no te necesito, que te odio, que me gustaría verte, que después querría irme en el momento en el que me dijeras que siguiéramos en contacto. Que esperé toda mi infancia. Que leía ávidamente tus postales deseando que me invitaras y me dijeras que venías a buscarme...
    Pero en el fondo ahora ya sólo quiero que veas que soy guapa. Sin ti, madre.

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Como me gusta saber con quién dialogo, no publicaré ni los comentarios anónimos, ni aquellos cuyo nombre no conduzca a una identificación.