Los cuentos de Manuel Espada

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Todos sabíamos que Manu S. Vicente era un buen escritor de microrrelatos, pero yo al menos no conocía los cuentos de Manuel Espada. Ayer recibí su primer libro, Fuera de temario, que acaba de aparecer en Policarbonados, y me puse de inmediato a leerlo. No empecé por el principio sino que me fui al índice y me guié por los títulos de los relatos que más me llamaron la atención y que fueron, primero, "Asignatura: Literatura. Realismo sucio", y luego "Asignatura: Artes plásticas. La pérdida de la perspectiva". Debí de acertar plenamente porque los dos relatos me han interesado. Se cuenta en el primero que hay una taberna en Madrid, Tasca Catedral, en la que se juntan a beber, charlar y jugar al mus, Raymond Carver, no se trata de alguien que se parece a Carver, sino del auténtico Carver, Salinger, Cheever y Bukowski. Para los curiosos diré que todos beben Anís del Mono, menos Carver, que toma whisky Dyc; aunque tampoco desdeñan las patatas meneás y las olivitas, el vermú y las cañas. Si no os lo creéis, el libro está a vuestra disposición para quien desee cerciorarse de lo que digo. Y por cierto, la tasca la regenta un albino letraherido, José Benavides, más conocido como Pepe, con la ayuda de la guapa Patricia, y a veces suele aparecer por allí Tobias Wolff, quien intenta pasar inadvertido haciendo de limpiabotas, más que nada para que Juan Cruz no se entere de que anda por Madrid y le haga un reportaje en El País. ¿Y qué hacen todos ellos en la capital y en semejante garito, os preguntaréis? Pues han venido nada menos que a conocer al gran novelista español Jacinto Sánchez, aficionado a la Fanta y a los bocadillos de chorizo, nueva estrella de la literatura universal, y a quien todos le profesan una profunda admiración. ¿Qué nos os suena de nada? Tampoco sonaba de nada Bolaño hasta hace unos pocos años y mirad dónde ha llegado... En fin, en el nuevo libro de Manu encontraréis los por qués. Vale.
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P.S. Si este cuento, siendo bueno, no es el mejor del mundo, sí me parece que es -al menos- el que ha conseguido situar la dedicatoria -a Patricia Morlés- de la manera más original, entre los que yo conozco, siguiendo una vieja tradición pictórica.
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