viernes, 19 de marzo de 2010

Últimos aullidos

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Si en 1957 el poeta norteamericano Allen Ginsberg arrancaba su poema Aullido afirmando: "Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura..."; en nuestro tiempo de pensamiento débil mucho me temo que sólo podría decirse -algo más modestamente- sobre algunos jóvenes escritores que apuntaban buenas maneras, que se han perdido por las prisas y el afán depredador, ganando premios desprestigiados, así como por la ostentación de una ridícula seudomodernidad adobada en el empeño de hacerse los graciosos, estar en medio y figurar a toda costa. Esto es, por la tentación de lo fácil y rápido en suma. Aunque si lo pensamos sólo un poco y le echamos un vistazo a la historia literaria, no resulta en absoluto un fenómeno nuevo, ya que espejismos como éste se han producido siempre, con las variantes propias de cada época.
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6 comentarios:

  1. Y encima lo escribes con letras rojas...

    Miedo da leerlo.

    Un saludo.

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  2. Bueno, miedo, miedo, lo que da es más bien, risa..., por el batacazo.

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  3. Te firmo esta entrada. Ginsberg, con aullido incluido.
    Gracias por traerlo hasta aquí.
    Un abrazo, Fernando.

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  4. Diosssssssssssssssssssss
    Pues la locura (enfermedades mentales) es la enfermedad del S.XXI
    Las prisas, las poses, la atracción de lo rápido y efímero, una pena,sí.
    Kuss

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  5. Puedo suscribirlo, pero sería conveniente indicar algún nombre propio para que la sospecha no manche a los inocentes. Aprovecho para felicitarle por su blog.

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  6. No te preocupes, Ramón. En esto de la literatura hay tantos cantamañanas que a los inocentes, como los llamas, no les salpicarán mis comentarios.

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Como me gusta saber con quién dialogo, no publicaré ni los comentarios anónimos, ni aquellos cuyo nombre no conduzca a una identificación.