miércoles, 24 de febrero de 2010

FABIÁN VIQUE

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"Demasiada generosidad"
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Puse la flor que me regaló en un libro suyo. Olvidé el libro que me regaló en su biblioteca. Guardé la biblioteca que me regaló en su yate. Atraqué el yate que me regaló en su isla. A la isla que me regaló le encontré su lugar en el mundo. Elegí una galaxia y allí situé el mundo que me regaló. Dispuse la galaxia que me regaló en una curva del universo. Con mucho cuidado coloqué el universo que me regaló en el cáliz de una flor. La flor que me regaló se marchitó.
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* Fabián Vique (Buenos Aires, 1966) es profesor de Lengua y Literatura. Tiene en su haber un libro de cuentos, La tierra de los desorientados (Macedonia Ediciones, Morón, 2008), y cuatro de microrrelatos: La colección de minilibros. Minicuentos (El mandril, Morón, 1994); Con las palabras contadas (2003) y La vida misma y otras minificciones (Instituto Cervantes, Belgrado, 2007) y Variaciones sobre el sueño de Chuang Tzu (Macedonia, Morón, 2009). Ha obtenido el Premio de Cuentos Breves de la revista Puro cuento (1992), el premio de Literatura en la Tercera Bienal de Arte Joven de la Ciudad de Buenos Aires (1993) y el Premio en el XII Concurso de cuentos de la Universidad Autónoma de Madrid (2003), entre otros. Sus textos están recogidos en antologías y revistas de Argentina, España, México, Serbia, Marruecos e Israel.
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10 comentarios:

  1. Trágico final.

    Gracias por mostrarme a Vique.

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  2. Uau!! ¡Qué hermoso texto! Gracias por traerlo a tu página y haber podido disfrutar de él.

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  3. Estupendo juego de cajas chinas, con su inevitable recursividad vertiginosa. E imparable. (Que yo sepa, no suele perdonar el tiempo la delicadeza de las flores.)
    Un abrazo, Fabián

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  4. Una historia envolvente, redonda, como de muñecas rusas. Su mecánica precisión invita a leerlo en voz alta. Efectivo aunque se vaya la luz y nos quedemos a oscuras. Y sí, es verdad que esa flor acabará marchitándose, pero antes habrá dejado el aroma de la buena literatura.

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  5. Contundente y duro como un knockout, pero qué hermoso.

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  6. Ay, gracias a todos, me puse colorado.

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