sábado, 27 de junio de 2009

Trabalenguas para el verano

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Paco Peco, chico rico, insultaba como un loco a su tío Federico. Y este dijo:
- Poco a poco, Paco Peco, poco pico...
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* Si me mandáis trabalenguas, acompañados por una foto de juventud, publicaré los mejores. El de la foto debo de ser yo, cuando tenía 17 ó 18 años, y está tomada en Almería.
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15 comentarios:

  1. Javier, tu comentario es un arcano casi tan indescifrable como el "poco pico" final de mi trabalenguas.

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  2. Pena, penita, pena.

    Eso si que es un trabalenguas con mensaje...

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  3. ¡Vamos, Fernando, vamos!
    Fantásticas ambas cosas, la foto y el trabalenguas.
    Un abrazo, Javier.
    ("A este Lopico, lo pico")

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  4. Alberto, dónde está el trabalenguas...

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  5. Guau, Fernando, pareces un actor del neorrealismo italiano.

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  6. La pena es sentir que aunque se diga no hay nada que decir porque, penita, por mucho que uno suelte sigue "penando" lo mismo.

    Quizá sea más un trabamentes que un trabalenguas ...

    Y tal.

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  7. Tiembla y trepida tu intrépida toronja

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  8. Uno que me decían de niño, un poco cursi: "Si tu gusto gustara al gusto que gusta a mi gusto, nos gustaríamos, pero como tu gusto no gusta al gusto que gusta a mi gusto, no nos gustamos".
    Abrazos.

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  9. El cielo está engarabintingulado, ¿quién lo desengarabintinguralará? El desencarambintingulador que lo desengarabintingulare buen desengarabintingulador será.

    Falta la foto, pero no la tengo.

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  10. Aquellos maravillosos años del peine en el bolsillo de atrás. :)

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  11. Malvado Juan Carlos, nunca salí de mi casa con un peine, me hubieran linchado mis amigos, eso era cosa de horteras...

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  12. Fernando, si no llevabas peine, es que las aguas de las playas de Almería eran altas en contenido de gomina. Ya verás cuando le cuente a mi padre que le has llamado hortera. :)

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  13. Pues, tampoco. La foto está hecha en el terrado de mi casa, después de haberme duchado. Por mi pelo no ha pasado nunca ni una gota de gomina, por las mismas razones por las que nunca llevé peine.
    Los padres no cuentan en estas afirmaciones tan generales y contundentes, pero -por si acaso- escóndele unos días el ordenador.

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Como me gusta saber con quién dialogo, no publicaré ni los comentarios anónimos, ni aquellos cuyo nombre no conduzca a una identificación.