Comentaba un escritor gallego en el suplemento cultural de un diario madrileño, en los últimos tiempos inagotable fuente de tontunas sobre la literatura española actual, que Alessandro Baricco le pidió que le recomendara algunos escritores españoles (él dice "de aquí") para un recital con Marlango. "Eran textos breves, de acuerdo, pero me di cuenta de que le recomendé a tres autores que escriben en euskera, gallego y catalán. Ustedes sabrán por qué".
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Pues, no, yo al menos no lo sé, y me temo que nosotros tampoco lo sabemos, aunque no sería difícil adivinarlo. El ufano escritor, como si acabara de descubrir la sopa de ajos, parece insinuar que no se le ocurrió ningún escritor de interés que escribiera textos breves en castellano porque no debe haberlos, como en cambio existen en las otras lenguas de España. ¿Pero no será debido, más bien, seamos generosos con el poeta y narrador gallego, a su desconocimiento de la literatura que se hace en castellano? Para que no vuelva a quedar en mal lugar, vamos a recordarle algunos nombres de autores actuales que cultivan la narrativa breve, y que me parece que no desentonarían junto a los que él ha debido sugerir: José Jiménez Lozano, Luis Mateo Díez, Javier Tomeo, José María Merino, Pedro Ugarte, Julia Otxoa, Hipólito G. Navarro, Andrés Neuman... Es una pena que nuestro articulista no haya oído hablar hasta ahora del microrrelato que se escribe en castellano, pero en esta ocasión no nos queda más remedio que mandarlo a Narragonia.
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* Eduardo Naranjo, "Iris lirio", 1996.
Estupenda colleja para el crítico, Fernando. Yo no creo que no conociera esta (o parte al menos) narrativa, lo que sucede es que hizo patria chica. Seguro además que puso el énfasis en los gallegos. Así a Baricco no se le olvidaría el terruño galaico.
ResponderEliminarHola, Fernando:
ResponderEliminar¿Te refieres a Manuel Rivas? ¿Por qué no decir el nombre directamente?
Un saludo,
R. Hurtado.
Pues, no, Rafael, el autor es Ramón Reboiras, y el artículo, publicado en Babelia, donde últimamente anidan innumerables tonterías sobre la narrativa española, se titula "Vírgenes y `strippers´".
ResponderEliminarSiento discrepar, Fernando:
ResponderEliminarNo anidan tonterías, anidan boberías: por eso el suplemento se llama Bobelia.
Hola, Fernando:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu respuesta. Lo voy a buscar, pues suelo guardar todos los suplementos culturales.
Muy a menudo escucho a muchas personas criticar Babelia. No obstante, a mí me parece que es el mejor suplemento hoy por hoy en España. Bueno, en realidad, sólo conozco tres: el publicado por ABC, Babelia y El Cultural de El Mundo. La Razón tiene una sección de libros que no sé en qué día de la semana se publica y de La Vanguardia, pues ni idea. El suplemento del ABC es ilegible: existe algo llamado fatiga psicológica en la lectura. Todos sabemos en qué consiste. Cuando uno lee toda una página de este suplemento, ya no tiene fuerzas de seguir con la siguiente. El Cultural tiene una gran sección final dedicada a la divulgación científica que, sin embargo, nadie lee. A mí no me gusta la música y nunca me hizo excesivo tilín el teatro, así que me suelo centrar en la sección de libros. Si exceptuamos la primera página de Luis María Ansón, lo demás recuerda bastante a un catálogo de novedades. Para mí un suplemento cultural debería ser algo más que un catálogo de novedades. Por eso creo que El País, en ese sentido, lo hace mejor. Sin ir más lejos, ayer publicó un número muy interesante de Babelia.
Ahora bien, las críticas que he escuchado acerca de este suplemento nunca vienen por su lado estético o por la diversidad de contenidos, sino por cuestiones que tienen que ver con la selección de los libros, la censura a críticos literarios que no escriben bien sobre determinados libros y por la orientación política de los colaboradores, que, al final, mezclan la literatura con la aspiración política de un diario (cosa que no debería tener, por cierto). Y ahí yo no entro ni salgo, pero no tengo nada en contra de esas críticas. Si el río suena, es que muchas veces lleva agua.
Al menos nos quedan las revistas culturales, que desgraciadamente tampoco quedan al margen de esta cuestión. Yo edité una revista hace poco y, bueno, el mundo de las subvenciones daría para varios capítulos. Lo dejo ahí.
Sería bueno armar una comunidad virtual (lo de ver editado sus mejores frutos en papel es pura ensoñación) donde no se trataran aspectos políticos o económicos, donde no existieran las palabras interesadas de falsos elogios correspondidos (ya se sabe: "habla bien de mí y yo lo haré de ti"), en la que no se promocionaran los libros de uno mismo y que sirviera para llenar ese vacío que todos vemos en los medios actuales.
Muchas veces imaginé cómo sería un suplemento ideal. Siempre llegué a la misma conclusión: dividido en secciones, con artículos propios de una entrada enciclopédica, muy vistosos y, sobre todo, amenos. Hoy se tiende al monográfico desordenado o al popurrí, por eso algunos ejemplares no interesan o directamente son flojos.
Ustedes (o vosotros) sois personas del ámbito universitario, especializados en distintas ramas y con conocimientos de informática. Armar esa web no sería un problema para vosotros. Desde la libertad que concede internet podríais enmendar todo lo que veáis de malo o errado en la prensa nacional. Sería un esfuerzo común, serio y elegante. Un macroportal de información académica enfocado desde la objetividad, la pluralidad y la independencia. Y todo dicho sin sandeces [localistas], que es como se deben decir las cosas.
Un saludo,
R. Hurtado.
Pues yo creo que el suplemento "Cultura|s" de La Vanguardia es un buen suplemento. Junto a ABCD, el mejor. Babelia hace tiempo que lo leo en diagonal y El Cultural hace tiempo que no lo leo, reconozco que por un motivo bastante personal: no me gusta ese formato de revista.
ResponderEliminarLo que paso es que no te había leído, aquí encontraría la información que le hace falta para ampliar sus horizontes.
ResponderEliminarAbrazos
Alba
Gracias a todos por las intervenciones. En alguna ocasión, tendremos que ocuparnos -con detenimiento- de los suplementos culturales, literarios, de los periódicos, con sus virtudes y defectos, con sus carencias y compromisos.
ResponderEliminar¡Qué imbécil ! Si se permite en tu blog decir esa palabra. Un cerito bien redondo para Ramón Reboirás-Rebobo.
ResponderEliminarDicho lo cual, me parece estupendo que un dia se comenten los suplementos culturales. Póngase a ello, por favor.
Un abrazo